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Actualizado: 12 de mayo de 2025


Tal fué la causa de la interrupción de las importantisimas conferencias con el Almirante Dewey iniciadas por el Comandante del Petrell.

La víctima lucha; interrumpe con un sarcasmo acerado; Gladstone, en señal de acceder a la interrupción, toma asiento rápidamente; pero, al ver caer el dardo a sus pies, como si hubiese sido arrojado por la mano cansada del viejo Priamo, lo toma a su vez, y, con el brazo de Aquiles, lo lanza contra aquel que deja clavado e inmóvil por muchas horas. ¡Oh! ¡la palabra!

¡No dormirá más, no! prosiguió la marquesa sin hacer caso de la interrupción . Yo me encargaré de envenenar su sueño, de tener abiertos sus ojos hasta que apunte la aurora.

Hubiera seguido Adolfo disertando sobre el tema, a no interrumpirlo el sirviente, con una carta que acababa de traer el correo... Fastidiado por la interrupción y por el temor de recibir una nueva impertinencia o tontería de la gente del pueblo, preguntó a Laura, que entraba detrás de la carta: Adivina qué será... ¿Una felicitación o un anónimo?

Al oír esta interrupción, Vérod movió vivamente la cabeza.

Sea lo que fuere de estas opiniones, la permanencia de la substancia del alma queda fuera de duda: y es de notar que la interrupcion en el pensamiento y en la conciencia, lejos de favorecer á los adversarios de la permanencia del alma, los confunde de la manera mas concluyente.

Todo lo demás, ya lo he dicho otras veces, no es más que vanidad. Hay aquí una interrupción: el manuscrito no continúa. Aquella pobre madre ha hecho un viaje a París. He aquí la causa.

Esto hace, continuó el médico sin alterar la voz, ni fijarse en la interrupción, pero poniéndose en pie frente al extenuado y pálido ministro, que una enfermedad, que un lugar llagado, si podemos llamarlo así, en vuestro espíritu, tenga inmediatamente su manifestación adecuada en vuestra forma corpórea. ¿Quisiérais que vuestro médico curara el mal físico?

Pablo, sin hacer caso de la interrupción, prosiguió: Después con Teresa y Encarnación, Elvira y Generosa. De Cecilia no, porque está comprometida, y algo diría también de mi señora doña Paula, que, sin ofender a nadie, es la más hermosa de todas. ¡Qué pillastre! exclamó ésta admirada del donaire de su hijo. Pablo se había levantado de la butaca, y abrazó a su madre con efusión.

Ya sortaste la tuya, camará dijo Potaje . Deja que Plumitas siga explicándose, que lo que él dise es mu güeno. El bandido acogió con desprecio la interrupción del banderillero, al que tenía en poco por su prudencia en el redondel. Yo leé y escribí. ¿Y pa qué sirve eso?

Palabra del Dia

santificación

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