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Actualizado: 13 de junio de 2025


Desde que Celinina cayó enferma, sintió el afán de las poéticas fiestas que más alegran á los niños: las fiestas de Navidad. Algunos se creen capaces, con la mayor ingenuidad, de embuchar en sus estómagos cuanto ostentan la Plaza Mayor y calles adyacentes.

La altura del último picacho de este célebre monte es tal, que no hay ninguno de aquellos naturales que no afirme con la mayor ingenuidad que desde allí se oyen en las horas de los altos plenilunios los dulces ecos de las harpas celestiales.

La ingenuidad con que expresaba Nina su pensamiento no llegó a penetrar en el alma de Doña Paca, que sin moverse de su asiento, y con los cuchillos en la falda, prosiguió diciéndole: «No hay otra como para componer las cosas, y retocar tus faltas hasta conseguir que parezcan perfecciones; pero yo te quiero, Nina; reconozco tus buenas cualidades, y no te abandonaré nunca.

¡Bah!... ¡Bah!... No me hables de los hombres serios exclamó Melchor reaccionando sobre la nerviosidad con que habló de los médicos y sonriendo como si compadeciera a Lorenzo por su ingenuidad. Que también, para ti, los hombres serios son... unos...

En aquellas estátuas hay ese viso de ingenuidad, de candidez, de fervor é inocencia que encontramos en el Evangelio, en ese libro que tantos cristianos ignoran, que tan pocos cristianos leen, que tan pocos cristianos estudian, que tan pocos cristianos entienden; sobre todo, que tan pocos cristianos practican.

Si todos estos eminentes riesgos, que no son imaginarios sino casi ciertos y consiguientes al próximo en que estamos al presente, de que apostaten los indios de los 7 pueblos y aún de los 30, se hiciesen presentes al Rey nuestro señor y al fidelísimo de Portugal, con la ingenuidad y verdad con que ya los estamos tocando, se podrá creer de su católico y fidelísimo celo que es su ánimo y voluntad se atropelle la gloria de Dios y respeto de la Iglesia por cumplimiento de los tratados ya ajustados?

Admiróse Delaberge al ver con qué egoísta ingenuidad, aquella mujer, que en otros días estuvo tiernamente desfallecida en sus brazos, le despedía ahora para siempre, como tardándole el momento de verse desembarazada de la presencia de su antiguo amante. Mi marcha replicó Delaberge con cierta ironía dependerá en mucho de las disposiciones que tome su hijo de usted en ese asunto de los deslindes.

Confieso con ingenuidad que lo que es en punto a hermosura, no atino a representarme que supere a Pepita Jiménez la mujer de aquel príncipe egipcio, mayordomo mayor o cosa por el estilo del palacio de los Faraones; pero ni yo soy, como Josef, agraciado con tantos dones y excelencias, ni Pepita es una mujer sin religión y sin decoro.

En verdad ella también creía sentir que Laura era su única amiga. En ese momento la imagen de Julio pasó por su espíritu, primero en la actitud inmóvil con que escuchara, las manos en los bolsillos, como si estuviera solo, la conversación sobre la abuela, y luego su cara de ingenuidad y de dolor, mientras empapaba su pañuelo en agua de colonia. ¡Cómo lo adoró, en ese instante!

Ella, con su sencillez columbina, no reparaba en esto, y se apresuró a preguntar con ingenuidad adorable: ¿Hiciste mi encargo? ¿Qué encargo?... ¡Pues me gusta!... ¿No te dije que fueses a ver a Jacobo Téllez?... ¿A Jacobo Téllez?... ¿Y quién es Jacobo Téllez? Pues, hombre, Jacobo Sabadell, el marido de mi prima Elvira. ¡Ah, ya!... Si yo creía que se llamaba Benito...

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