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Actualizado: 10 de mayo de 2025
Comprendía, él mismo, que podía expirar en pocas horas o caer en un largo estado de inconsciencia, y, aunque los falsos conversos habrían tomado ya sus medidas para escapar a la justicia, era un supremo deber revelar lo que había presenciado. Sin embargo, su palabra estaba empeñada. El sabía lo que era para un honrado caballero semejante compromiso.
El sexo masculino es así. Por más que se pretenda afinarle, conserva siempre un fondo originario de grosería y de inconsciencia. En fin, gentleman, tenemos orden de llevarle atado hasta nuestra capital, pero marchando por sus propios pies. »Nada de fabricar una enorme carreta y de amarrarle sobre ella, siendo arrastrado por centenares de caballos.
Ella se imaginará enamorada, dichosa, creyéndole un hombre de talento, una perfección. Para quererse con esa inconsciencia... Oh, en realidad, ¡qué despreciable, qué tontería es el amor! ¡Dios mío! Un tropel de muchachas entró en el saloncito, alegremente, seguidas por un joven muy elegante y fino, que las llamaba por sus nombres con vocecita amaricada.
Estaba casi ciego al entrar en el hospital; parecía idiota, sumido en inquebrantable silencio; Isabella no podía conservarle en su casa, por su estado de inconsciencia.
Pronto notó Ojeda una transformación en el carácter de Teri. Perdía por momentos su alegre inconsciencia de pájaro loco. Era más grave en sus palabras; mostraba una mesura conservadora en sus juicios sobre el amor. Ella, que al principio le incitaba a narrar las aventuras de su pasado, riendo gozosa cuanto más incontables eran, palidecía ahora con un gesto de protesta.
Intentó detenerla el príncipe tomando suavemente una de sus manos, pero ella la retiró con nerviosa retracción. ¡Y te marchas! dijo él con desaliento . Yo que creía, al venir aquí... La humildad de su voz pareció irritar á la duquesa, haciéndola detenerse cuando empezaba á volverle la espalda. ¿Qué es lo que creías? preguntó con indignación . Tu inconsciencia me asombra. ¡Ah, Miguel!
Había sentido, como francés, una repulsión irresistible al convencerse de que Freya era una espía que llevaba causados grandes daños á su patria... Luego, como hombre, se apiadaba de su inconsciencia, de su carácter contradictorio y ligero hasta llegar al crimen, de su egoísmo de mujer hermosa y amiga del lujo, que la había hecho admitir la vileza moral á cambio del bienestar.
Palabra del Dia
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