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Actualizado: 27 de mayo de 2025


CAPÍTULO XIII. Representacion de causalidad y de idealidad. La causalidad orígen de representacion. Profundidad de Santo Tomás como filósofo. Idealidad. Dos proposiciones capitales. Condiciones para que la causalidad sea suficiente orígen de representacion. Una observacion sobre las ciencias naturales. Nueva refutacion de la ciencia trascendental. Lo absoluto. Reflexiones sobre esta doctrina.

Sin embargo de esto, que es verdad, que yo creo verdad, verdad confirmada por la experiencia de siempre, juzgo que la mujer ha venido al mundo para realizar fines sociales, en armonía con la moral y con el derecho: juzgo que ahí está la expresion más profunda de su existencia; no quiero que al arcano de la casa la comunique esa belleza que la da en Oriente una tradicion que la hace bella para hacerla esclava; una idealidad que la hace misteriosa para hacerla gemir; un Corán que la torna en perfume para que ese perfume incienso á un ídolo; no, no quiero esa poesía que es poesía, como es artístico el sarcasmo que se logra ejecutar con arte.

¿Y cree usted que se han acabado esos tiempos? preguntó la de Aimont en tono de burla. ¿Los señores maridos se han vuelto tan perfectos que pueden apreciar la idealidad en sus mujeres?... Eso dijo el cura confuso, depende de las mujeres y... de los maridos.

1.º Las fuentes primitivas de representacion intelectual son solo dos: identidad y causalidad. La de idealidad es necesariamente derivada de la de causalidad. 2.º En el órden real, el principio de ser es idéntico al principio de conocer. Solo lo que da el ser puede dar el conocimiento; solo lo que da el conocimiento puede dar el ser.

Extravagantes imaginaciones, honda y taladrante recordación del fin, que obligan a la pobre carne aterrorizada, y al ánimo conturbado, a refugiarse en la idealidad consoladora de un misticismo.

Representado todo esto muy a lo vivo y sin la idealidad conveniente, es lo contrario del arte: no purifica la compasión y el terror, como quería Aristóteles. Será cuadro más vivido, como se dice en el día, pero de arte perverso y vicioso.

La verdad es que estaba muy hermosa con aquel aire de modestia y de piedad recatada, con aquella frente purísima, algo grande, algo convexa... y, sin embargo, llena de expresión familiar, dulce, y en aquel momento religiosa; las ondas del cabello claro, sirviendo de marco vaporoso a la curva suave de aquella frente pura y blanca, eran símbolo de una idealidad que se perdía en el ensueño poético.

Engañada por la idealidad mística que no acierta a encerrar en sus verdaderos términos, es víctima al fin de su propia imaginación, de su sensibilidad no contenida, y se ve envuelta en horrorosa catástrofe.... Pero no intentaré describir en pocas palabras la sutil psicología de esta señora, tan interesante como desgraciada.

Ya estaban lejos los días del misticismo supuesto, de la contemplación.... Entonces estaba enferma, la lectura de Santa Teresa, la debilidad, la tristeza, le habían encendido el alma con visiones de pura idealidad.... Pero con la salud había vencido la piedad activa, irreflexiva; el Magistral había eclipsado a la santa, se había hablado más de aquella dulce hermandad en la virtud que de Dios mismo.... Ahora comprendía muchas cosas.

¿Si será cierto que la india podrá llegar al paroxismo del amor, á la idealidad del querer, á la poética fusión de dos almas, á parodiar á Julieta, á sacrificar su vida, á morir en fin, de amor? Muere también dijo Quico, interrumpiendo mi crescendo. ¡Que muere has dicho! Muere, señor contestó aquel con esa gravedad cómica del indio.

Palabra del Dia

ciencuenta

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