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Actualizado: 11 de mayo de 2025
Nosotros hacemos mil disparates, y la Naturaleza nos los corrige. Protestamos contra sus lecciones admirables que no entendemos, y cuando queremos que nos obedezca, nos coge y nos estrella, como el mar estrella a los que pretenden gobernarlo.
Los Batta, habian escrito siempre de izquierda á derecha, en lineas horizontales; pero en algunas circunstancias, principiaban en la parte inferior y continuaban luego sobreponiendo sus lineas, es decir, colocándolas de abajo para arriba, unas sobre otras, en lugar de hacerlo de arriba para abajo y una debajo de la otra, como lo hacemos nosotros . Esto puede servir de correccion y de explicacion á lo dicho por el P. Ezguerra.
Porque si nos atacan estoy decidido a hacerles frente. ¿Qué hacemos ahora, tío? Seguir adelante. Es preciso demostrarles a estos caníbales que no les tenemos miedo. Estoy dispuesto a seguirte. Te advierto que tal vez tengamos que disparar los fusiles. Ya sabes que soy buen tirador. Lo sé; eres el más hábil de todos nosotros. ¡Vamos, querido sobrino!
Tienes razón dijo Iriondo con melancolía. ¡Si al menos pudiese ir todos los días al monte con la escopeta, á cazar chimbos!... Pero hay que despachar cinco ó seis barcos por semana. Tu primo quiere tragarse el mundo y todos trabajamos como negros... Además, nos hacemos viejos, Luisillo.
Mi verdadero pensamiento voy a decírselo a usted; nuestra cristalería es única, porque de ella salen obras admirables; pero usted sabe mejor que nadie lo que nos cuestan las tentativas de arte, a causa de los numerosos ensayos que exigen. Antes de llegar a la meta, hacemos grandes desembolsos, que nos vemos obligados a reparar subiendo el precio de la venta.
Parecía natural que hablásemos ahora de los cantores y mimos que llevaron dichos nombres; pero no lo hacemos, porque siendo este punto muy interesante para conocer los orígenes del teatro español, hemos preferido dejarlo para más adelante. Du Chesne, Scr. hist. Franc., tomo II, pág. 279. Joh. Sal., lib. I, cap. 8.º, De nugis curialium.
Cuando hablamos de la superioridad literaria de las obras de Gil Vicente, ha de entenderse que lo hacemos de una manera relativa, teniendo en cuenta lo que, según todas las probabilidades, fueron los dramas religiosos y profanos más antiguos. Sus composiciones siguen á éstos inmediatamente, y jamás se le ocurrió imitar en lo más mínimo á los modelos clásicos.
Y aunque al fin en nosotros no hay clausuras, Como en otras modestas religiones, No andará con todo eso á sus anchuras. Y es que son tantas las obligaciones En que este negro oficio nos empeña, Que el más del tiempo hacemos ceribones.
El padre Almeida, si mal no me acuerdo dice entre otras cosas curiosas, y aun lo afianza, que la Providencia quiso poner en nosotros este deseo implacable, para que nos atestiguase eternamente que no hacemos en este mundo transitorio sino una corta peregrinación, y que la satisfacción de nuestros deseos no está en esta vida, sino en otra más perfecta y duradera.
No puedo, Que me voy á morir á toda priesa. Y yo también, pues se murió Manolo; A llamar al dotor me voy derecha, Y á meterme en la cama bien mullida, Que me quiero morir con convenencia. ¿Nosotros nos morimos, ó qué hacemos? ¿Amigo, es tragedia ó no es tragedia? Es preciso morir, y sólo deben Perdonarle la vida los poetas Al que tenga la cara más adusta Para decir la última sentencia.
Palabra del Dia
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