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Actualizado: 11 de mayo de 2025
Quitad al fraile, y se desvanecerá el heroismo, serán del dominio del vulgo las virtudes políticas; quitadle y el indio dejará de existir; el fraile es el Padre, el indio el Verbo; aquel el artista, éste la estatua, ¡porque todo lo que somos, lo que pensamos y lo que hacemos, al fraile se lo debemos, á su paciencia, á sus trabajos, á su constancia de tres siglos para modificar la forma que nos dió Naturaleza!
De todos modos tiene la ventaja de que en él se puede entrar a la pata la llana, sin estudios, ni fianza, ni avecindamiento. Como en París nos hacemos literatos, en Argelia se hacen agentes de negocios. Sólo se necesita saber un poco de francés, español y árabe, llevar siempre un código en el bolsillo, y tener, especialmente, el temperamento de la profesión.
Ella se entregó voluntariamente, resbalando por la suave cuesta de la costumbre; pero al recobrar la serenidad mostró un vago remordimiento. «¿Estará bien lo que hacemos?... ¿No es inoportuno continuar la misma existencia cuando tantas desgracias van á caer sobre el mundo?» Julio repelió estos escrúpulos. ¡Pero si vamos á casarnos tan pronto como podamos!... ¡Si somos lo mismo que marido y mujer!
Lleno de un sano optimismo, confiaba en el futuro, labrando la dura argamasa sin temor de romperse las manos. Trabajaba para el porvenir, generoso y desinteresado, confiando en él, entendiendo que "todos los ideales del presente pueden ser realizados en el porvenir como están excedidos en el presente todos los sueños del pasado". No hacemos aquí un estudio crítico.
Tirso es un encantador, que puede forzarnos á creer hasta lo increible, porque antes que nos sea dado reflexionar en lo que hacemos, nos vemos envueltos en sus mágicas redes y transportados á los maravillosos paisajes de su original poesía. En el trazado de sus caracteres se observa, en parte, la misma libertad.
Además, puede acabársele la paciencia a Anita, que si ha aguantado hasta ahora es por lo mucho que le queda de cuando fue casi santa.... Pero si Ana se incomoda, si sospecha... si... ¡triste de mí! Calma, hombre, calma. ¿Qué hacemos, Álvaro, qué hacemos? Es muy sencillo. ¡Sencillo! Sí, hay que echar a Petra de esta casa. Don Víctor saltó en su silla.
«Si hacemos abstraccion de nuestra manera de percibirnos á nosotros mismos interiormente, y de abrazar por esta intuicion todas las intuiciones exteriores en la facultad de la representacion, y por consiguiente tomamos los objetos como pueden ser en sí mismos, el tiempo entonces no es nada.....................................»
Con priesa Cayú vuelve en compañia Del falso Yamandù, que confiaba Que muy presto al sobrino llevaria, Que Garay en sus cartas lo rogaba. Con ánimo gallardo y alegria, Al Capitan el preso demandaba; La gente dice toda, pues tenemos El pajaro en la mano, ¿què hacemos?
Mas, cuando uno llega solo, la conversación con el mar y la noble sociedad de aquel gran solitario no dejan de producir cierta tristeza. En las primeras visitas que hacemos á la playa, la impresión que nos causa es poco favorable: la hallamos monótona, agreste, árida. La inusitada grandeza del espectáculo nos hace sentir, por contraste, nuestra debilidad y pequeñez: el corazón se oprime.
Al examinar las ideas de tiempo y de velocidad, incurrimos sin pensarlo en el defecto de mezclarlas en la misma explicacion; queremos prescindir de ellas, pero lo hacemos con mucha dificultad, cayendo con frecuencia en un círculo vicioso.
Palabra del Dia
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