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Actualizado: 28 de junio de 2025
Si lo que él decía era verdaderamente cierto, entonces en la muerte de Burton Blair se encerraba un secreto de los más extraordinarios, reflejo fiel del de su extraña, romántica y misteriosa vida; secreto que era inescrutable, pero absolutamente sin igual.
El que fuera digno de gozar el singular privilegio de ser mirado por ella, habría advertido en sus ojos la inalterable fijeza, la expresión glacial, que son el primer distintivo de los ojos de un santo de palo. Pero había momentos, y de esto sólo el autor de este libro puede ser testigo; había momentos, decimos, en que las pupilas de la santa irradiaban una luz y un calor extraordinarios.
El ángel caído por su soberbia revolucionaria contaba indudablemente con refuerzos extraordinarios, y como éstos no podía encontrarlos en el cielo, Miguel temía que los buscase en la tierra, previendo una serie de batallas de las cuales no saldría siempre vencedor. Los papeles de la eterna tragedia iban tal vez á cambiarse.
Se alejaba de sí mismo, de sus excesos de tierra, de su imaginación perversa y curiosa, que le hacía buscar y tentar á nuevas mujeres, perturbando su tranquilidad, sin que experimentase un verdadero deseo. Emprendía los más extraordinarios viajes, buscando la paz del mar y su atmósfera reconfortante, la orquesta iba con él; pero el harén quedaba en tierra.
No le venía mal a Juan Pablo que el director le encargase trabajos extraordinarios, pues esto significaba confianza, y tras la confianza vendría un ascenso. Hablaron de empleos y de política, diciendo Maximiliano cosas muy buenas.
Era dueño de buque, y temieron perder su cooperación cuando escaseaban tanto los medios de transporte. Además, el Mare nostrum, por su velocidad, merecía ser empleado aparte, en servicios extraordinarios y rápidos. Quedó en Marsella unas semanas esperando un cargamento de obuses, y callejeó como siempre por la capital mediterránea. Las tardes las pasaba en la terraza de un café de la Cannebière.
En cambio, el patriarca montañés profesaba al cura un cariño y una admiración extraordinarios, gustaba mucho de oirle hablar sobre religión, y se consolaba en las penas que le ocasionaban su ceguera y su pobreza, escuchando las dulces y santas palabras del joven sacerdote.
En cambio, por la amistad que trabó con algunos de los discípulos de la clase de escultura en la Academia, comenzó a ensayarse en el modelado, y se sintió desde luego tan apto que siguió trabajando con ahínco. En poco tiempo hizo progresos extraordinarios.
Como no salía de casa, su principal afán era que le compraran periódicos, suplementos, hojas volantes o extraordinarios, que por aquel año de 1872 se publicaban en prodigioso número, y cuantos amigos iban a verle sabían que su conversación favorita era el curso de la guerra, cuyas noticias él comentaba con recuerdos de la campaña del 33 al 40, y de los movimientos militares de entonces, que ahora, en concepto suyo, debían repetirse.
Cerca de la Presa, en una planicie vecina al río, limpia de vegetación, otros peones abrían hoyos en el suelo. Al llegar las carretas con los árboles, levantaban éstos y los metían en los hoyos, amontonando tierra en torno para que se mantuviesen erguidos. Son árboles de algunos metros nada más, pero resultarán extraordinarios en este desierto donde no hay otros que puedan servir de comparación.
Palabra del Dia
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