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Actualizado: 29 de mayo de 2025
No era el secreto a fin de ocultar lo pecaminoso, sino a fin de no contaminar lo santo. No era el misterio en que se envuelve el delincuente con respecto a las personas honradas, sino el misterio del iniciado con relación al profano vulgo. Por desgracia, el profano vulgo no se conformaba con creer en la santidad del misterio, y se le explicaba de un modo harto poco edificante.
El profesor Flimnap seguía hablándole. Dulcemente, de los pálidos elogios á sus versos ingleses había ido pasando á una segunda serie de alabanzas para las obras de Momaren, y explicaba con profusión el rango que correspondía á este autor en la historia literaria del país. Gillespie movió la cabeza afirmativamente para indicar que aceptaba todas las palabras del orador.
El dueño del boliche, con la autoridad de un hombre que ha visto lo que cuenta, explicaba á sus parroquianos las costumbres de los fieros animales que se balanceaban sobre sus cabezas, y hasta daba á entender que había tomado cierta parte en tan peligrosa caza.
Cuando Ana Ozores se sentó en el palco de Vegallana, en el sitio de preferencia, que la Marquesa no quería ocupar nunca, en las plateas y principales hubo cuchicheos y movimiento. La fama de hermosa que gozaba y el verla en el teatro de tarde en tarde, explicaba, en parte, la curiosidad general.
¡Sí, sí, sólo la envidia impulsaba a Diana, la envidia! Esto explicaba las palabras que había pronunciado y la causa de su veneno. Diana quería hacerle creer que la preferencia marcada de Huberto, la dejaba profundamente indiferente. En realidad, sentía despecho... ¡Cuánta mezquindad en esta manera de proceder! ¡Y decir que Diana, su prima, su amiga, no vacilaba en ser cruel con ella!...
El concejal, mientras tanto, explicaba con la fluidez que le caracterizaba, a Mariana y D.ª Esperanza, de qué modo había descubierto un fraude de consideración en los derechos de consumos. Trescientos cincuenta jamones se habían introducido, hacía pocos días, de matute con la anuencia de algunos empleados del municipio. Ramoncito pensaba llevar a estos empleados a la barra en brevísimo plazo.
Ahora se explicaba la repugnancia que había sentido al ponerse en contacto con aquel don Benito tan obsequioso y atento... ¡Y estos sentimientos eran irresistibles! Se los imponían otros que eran más fuertes que él. Los muertos le mandaban, y debía obedecer.
Se sabia muy bien que hay conceptos de sujeto en los cuales está pensado el predicado, á lo menos en confuso: y por esto se explicaba esta union ó identidad, diciendo que las proposiciones en que se enunciaba, eran per se notæ ex terminis.
A las seis me iba yo a la plaza para oír a la señorita Fernández; pero cuando la discusión se prolongaba hasta las siete, me hacía yo el sueco y me quedaba oyéndola. Un día Quintín estaba de vena. Se hablaba de las costumbres de Villaverde. Porras las censuraba con la mayor acritud; el abogado las defendía, y Linares decía que habían variado mucho, y que él no se explicaba el cambio de ellas.
Me mostraba a la España arrastrada en alianzas y en nuevos lutos, gloriosos tal vez, pero menos útiles para aquella nación que la paz de que tanto necesitaba para cicatrizar sus hondas heridas; y me explicaba que esa nación podía ser más poderosa y respetada sin combatir, que por medio de la guerra. »¡Dios mío!
Palabra del Dia
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