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Actualizado: 14 de junio de 2025
Quiere seguir a Fausto y cree notar que la mano de él está manchada con la sangre de Valentín; quiere salvarse y se ofrece a su pensamiento que ella ha asesinado a su madre y ahogado a su hijo. En todo el diálogo, cada exclamación, cada frase es una joya poética. El tiempo pasa, y crece el peligro en la demora. Mefistófeles aparece para dar priesa.
En aquel momento supremo se oyó claramente el galope de numerosos caballos sobre las piedras y casi al mismo tiempo una exclamación de terror del negro, que huyó á todo correr y no tardó en ocultarse entre la maleza.
Otra vez lanzó Maltrana la misma exclamación incolora. Y huyendo los ojos, hizo un gesto evasivo.
El movimiento que hice fue tan rápido, tan imprevisto, añadió tanto ardor a mi acento, de por sí muy decisivo ya, que Magdalena sintió que él llegaba a su corazón y lo conmovía y palideció. Oí yo en lo más hondo de su pecho como una dolorosa exclamación angustiosa que expiró en sus labios.
Un poco de silencio, un poco de reposo; que no se hable de ella, que los periódicos no repitan su nombre más, que cuando vaya por la calle nadie vuelva la cabeza para mirarla: la exclamación admirativa: «Ahí va la Duse...» que antes llenaba sus oídos de orgullo, ogaño la asusta y la hiere, y es para su pobre alma desilusionada, un azote.
El brutal chalán lanzó una exclamación grosera al pasar Roger, quien siguió su marcha sin darse por entendido; pero como á la mujer se le ocurriese llamar á gritos al apuesto joven invitándole á comer con ellos, su marido se enfureció de tal manera que empuñando la vara empezó á dar de palos á su caritativa compañera.
Cuando por fin salimos advirtiendo que no se percibía ya ruido alguno, ya no había ni músicos ni bailarines, nadie. Magdalena, sentada en el fondo del gran salón vacío hablaba animadamente con Julia, acurrucada como una gatita en una butaca. Lanzó una exclamación de sorpresa al vernos aparecer en aquel desierto a semejante hora, después de aquella interminable noche tan mal empleada.
Me apoyé en la pared de modo que era posible verme desde dentro por la rendija de la puerta. De pronto oí cerca de mí una exclamación comprimida y esta palabra dicha en francés y en voz baja: "¡Cuidado!" y en seguida mi nombre "¡Tragomer!" En el momento se cerró la puerta y todo quedó en silencio.
Este no necesitó más que verla venir; y saliendo rápidamente del cuarto, volvió al poco con una criatura de la mano. iii «¡El Dulce Nombre!...» exclamó la Pacheco viendo entrar aquel adefesio, y todos los demás lanzaron una exclamación parecida al mirar al niño, con la cara tan completamente pintada de negro que no se veía el color de su carne por parte alguna.
Abrió suavemente la ventana y un puñado de fina arena cayó en el cuarto. Se inclinó vivamente con una palpitación de esperanza, y á menos de un metro por debajo de la cornisa de piedra vió una forma negra que estaba de pie en el herraje de la estufa. La joven dejó escapar una exclamación. La sombra se separó un poco del muro y Herminia reconoció á su marido.
Palabra del Dia
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