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Actualizado: 18 de junio de 2025


El Duque se enamoró de ella como un loco: hizo que uno de los más enfadosos poetas de aquel tiempo escribieran unas estrofas amatorias, que el joven apasionado deslizó suavemente en la mano de Salomé á la salida de un baile. Sentimos no tener á mano estas estrofas, porque son un documento notable y digno de ser conocido. En prosa neta contestó la joven; pero no fué menos expresivo su estilo.

Como muestra del estilo del poema, copio estas estrofas sacadas al azar del Triunfo noveno, no desemejante á todos las demás: «Yo que lo alto del cielo miraba bien, como hace el astrónomo sabio, cuando resguarda por el astrolabio lo que del polo saber deseaba, vi que de parte del Euro botava el gran Sagitario, con arco tirando saeta de fuego, que pasa vibrando los aires, y nuve que dura hallaba, siendo la causa que crepa tronando.

Las estrofas conocidas con el nombre de Mingo Revulgo, en las cuales Rodrigo de Cota el Viejo, poeta de Toledo, trazó una descripción de la corte de Enrique IV, casi no tienen de dramático más que el diálogo . Más importante, sin duda, que esta mezcla extraña de sátira é idilio es para nosotros una delicada conversación en verso, que se halla en el Cancionero general, y se atribuye á este mismo autor, pues, según indica su título, se había destinado á la representación hasta con cierto aparato escénico . Toda la acción de esta piececilla consiste en una disputa entre el Amor y un Viejo, en la cual sucumbe éste.

Madre España, por tu gloria, por el brillo de tu historia, por tu hazaña de tres siglos en la tierra de mi amor, por la sangre que vertiste en las Américas, por tus luchas tan homéricas, por la gloria de tu enseña bicolor, hoy levanto la ideal copa de mi canto, mientras dicen mis hermanos, los poetas, en estrofas peregrinas: ¡viva españa en Filipinas! ¡viva España y su memoria...! y proclaman las trompetas de la gloria tu mirífica victoria.

Estrofas en alemán, en ruso y en inglés, que al ser releídas por la cantante la hacían sonreír satisfecha, como si aspirase un perfume favorito, con gran desesperación de Rafael, que no podía conseguir que las tradujese. Son cosas que no entiende usted. Adelante, adelante. No quiero que se ruborice. Y tratándole como a un niño, le hacía volver las hojas sin dar explicación.

Su alegría al volver al acantonamiento después de una semana de trinchera poblaba el silencio de la llanura con canciones acompañadas por el sordo choque de sus zapatos claveteados. En el atardecer de color de violeta, el coro varonil iba esparciendo las estrofas aladas de la Marsellesa ó las afirmaciones heroicas del Canto de partida.

Abril, 1921. Tagalo Kundiman, Kundiman de versos de amores que en los plenilunios prefieres tu vuelo tender: tus suaves estrofas que lloran ocultos dolores dicen la nativa tristeza del atardecer. Tienes el aroma de nuestras edémicas flores y el ritmo y el mimo de un beso ideal de mujer, y resumes toda la queja de los soñadores de mi pobre raza, sujeta a un extraño poder.

Luego, sin hacer caso de los furiosos aspavientos de Currita, que le amenazaba con plantarle en medio del camino si no guardaba silencio, comenzó a cantar de nuevo las estrofas de El Mayoral: ¡Cuidado ese bache! ¡Bájate, zagal!... Si voy, salerosa, Te voy a matá...

Al son de los instrumentos músicos, venían todos cantando, con deliciosa melodía, un himno del Rig-Veda, del que Morsamor comprendió milagrosamente y conservó en la memoria, no sabemos si con entera fidelidad, las siguientes estrofas: «Áureo germen de luz apareciste al principio. Soberano del mundo llenaste la tierra y el cielo. ¿Eres el Dios a quien debemos ofrecer holocausto?».

En la calma apetecible de los pueblos escondidos, Como duendes protectores en las sendas se levantan, Declamando sus estrofas de lirismo incomprensible, A la vez que por sus hojas ruedan tímidas las lágrimas.

Palabra del Dia

lanterna

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