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Actualizado: 15 de mayo de 2025
El ingeniero vió elevarse sobre la proa un gran abanico de humo negro y amarillento atravesado por muchos objetos obscuros que se esparcían en semicírculo. Esta cortina densa tomó un color de sangre al cubrir el horizonte enrojecido por la puesta del sol.
Allí Rizal "Me piden versos " dijo En su patriótico amor siempre prolijo... Y aquella niña, sin igual hermosa, Divisó en lontananza alguna cosa Que faltaba en aquel rico concierto, En donde gracias, músicas y flores Esparcían fulgores, Pues Rizal se sentía en un desierto Recordando a su Patria encadenada.
Las rizadas hebras que adornaban á Lola se esparcían sobre su sonrosado seno, cuya blancura se confundía con las purísimas mallas del encaje que resguardaba los encantos de la virgen: la suelta cabellera de Hasay, negra cual el palacio de la noche, destacaba las cobrizas y mórbidas formas en que descansaba.
La gloriosa enseña, adornada con recuerdos de 1870, le servía para alcanzar ciruelas todavía verdes. Los que estaban sentados en el suelo aprovechaban este descanso extrayendo sus pies hinchados y sudorosos de las altas botas, que esparcían un vapor insufrible.
Nunca había visto el mar tan enfurecido. Afortunadamente que esas olas sólo esparcían sobre nosotros el líquido de sus crestas, ó si no, la corbeta habría sido tragada... En tan terrible combate quedó inmóvil, no sabiendo á quién obedecer.
No, no quiero... ¡Esa mano!... Pueden vernos. ¡Qué locura! El príncipe era un atleta, pero la emoción debilitaba sus fuerzas. Además, éstas se esparcían en una doble actividad, queriendo dominar á la mujer y explorarla á la vez en sus misterios, con la furia del imperativo sexual.
Las pocas luces que poseía esparcían sus rayos tan débilmente, que su creencia perdida formaba una niebla bastante espesa como para formar en su alma las tinieblas de la noche. Su primer movimiento, después del choque, fue ponerse a trabajar. Después continuó en la labor sin remisión.
Se pasaban los meses y los años sin que la planta de un hombre imprimiese su huella en él. Los altos muros negros y carcomidos, que cerraban en semicírculo la playa, esparcían sobre ella silencio triste. Sólo el grito de algún pájaro marino, al cruzar de un peñasco a otro, turbaba la eterna y misteriosa plática del mar.
Ocultos bajo el ramaje, para librarse de la observación de los aviadores enemigos, los cañones franceses se esparcían por las crestas y mesetas de una serie de montañas. En este rebaño de acero había piezas enormes, con ruedas reforzadas de patines, semejantes á las de las locomóviles agrícolas que Desnoyers tenía en sus estancias para arar la tierra.
Las frutas de la isla esparcían en el paseo su perfume tropical: la banana impregnaba el ambiente con la esencia de su pulpa de miel. Algunos vendedores iban de un lado a otro ofreciendo hamacas de hilo o grandes sillones de junco trenzado, enormes y majestuosos como tronos.
Palabra del Dia
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