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Actualizado: 7 de mayo de 2025
El alemán al servicio del zarismo no siente escrúpulos ni lamenta su conducta: mata fríamente, con método minucioso y exacto, como todo lo que ejecuta. El ruso es bárbaro, pega y se arrepiente; el alemán civilizado fusila sin vacilación. Nuestro zar, en un ensueño humanitario de eslavo, acarició la utopía generosa de la paz universal, organizando las conferencias de La Haya.
Don Modesto, desconcertado y no sabiendo dónde dar de cabeza, pasó a ver a su amigo el cura, que lo era también de Rosita, y le contó cuanto pasaba. El cura hizo patente a Rosita que sus escrúpulos eran exagerados e infundados sus temores; que, por el contrario, la proyectada separación daría lugar a ridículos comentarios. Siguieron, pues, viviendo juntos como antes, en paz y gracia de Dios.
El Indio converso era capaz de haber corrido todas las parroquias de Madrid para convencer a su protector de que albergaba una pareja pecadora, entregada a la concupiscencia de la carne. El gesto del señor Vicente delataba su repugnancia a vivir en contacto tan inmediato con el pecado. Maltrana se enfureció ante estos escrúpulos.
A pesar del cargo que ejercía, que es en el comercio lo que el verdugo en la justicia, no puede decirse que fuera un mal hombre mi don Raimundo: tenía sus escrúpulos de conciencia, sus asomos de caridad y más fama de blando y misericordioso, que de inexorable y de cruel; aunque esto quizá dependa de la manera en que él, ejecutor de la ley de la necesidad, se conducía con el mísero sentenciado, pidiéndole perdón antes de apretar el nudo de la garganta, porque la forma suele salvar el principio.
Semejante profanación, próxima o lejana, llenaba de escrúpulos mi corazón.
Indudablemente no había sido muy feliz en los últimos meses. Ya sabemos que no tenía motivos para serlo. La perpetua lucha que necesitaba sostener con los escrúpulos de María y el desvío sincero o fingido que observaba en ella constituían un disgusto sordo y continuado que le amargaba la existencia.
Comprendía Álvaro los escrúpulos de Ana, pero se propuso vencerlos y los venció. Sin embargo, si los obstáculos del orden puramente moral, los escrúpulos místicos, como se decía Álvaro con frase tan impropia como horriblemente grosera, se dejaron a un lado, a fuerza de pasión, los inconvenientes materiales, las precauciones del miedo opusieron dificultades de más importancia.
He reparado que según disminuye la fe, aumenta el número de los que dicen que la tienen; y ya no hay podrido que no finja escrúpulos de doncella, ni deje de establecer cátedra de religión y moral, censurándolo todo y admirándose de todo como si hubiese caído de las celestes regiones y temiera manchar la túnica de su inocencia al contacto de este mundo pecador y terrestre.
En vano alegó el padre rector que el niño lo estaba de sobra, que aquel rigorismo francés era un resto del jansenismo que las indicaciones de la Iglesia y el celo del clero habían ya hecho desaparecer por completo, y que era una maldad, un verdadero delito, privar por tanto tiempo a un alma inocente del auxilio de un sacramento que obra ex opere operato... Villamelón se encogía de hombros, no comprendiendo bien de qué óperas se trataba; los astutos escrúpulos de Currita no cedían, y sospechando el padre rector la hipócrita hilaza, dijo terminantemente que, de seguir el niño en el colegio, comulgaría el día de san José, sin el permiso de sus padres.
Pero como las dos toneladas de una viga, mientras no están en el puerto, no pesan dos escrúpulos en caja, Castelhum y Cía. distaban muchísimas leguas de estar contentos.
Palabra del Dia
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