United States or Laos ? Vote for the TOP Country of the Week !


Como un rezo en la boca llagada del leproso. La capilla. Don Farruquiño aparece en el presbiterio, sentado en un escaño con espaldar de viejo y noble belludo, orlado por grandes clavos de bronce. Enfrente se abre el arco de la tribuna, donde se sume la figura negra y bruja de Andreíña. ANDREÍ

Hallándose el Príncipe de Asturias con todas las jarcias cortadas, sin palos, acribillado a balazos, y habiendo caído herido el general Gravina y su mayor general Escaño, resolvieron abandonar la lucha, porque toda resistencia era insensata y la batalla estaba perdida.

Y fuera también hay marejadita. Me parece que esos que han entrado en el escenario son los regentes. Los mismos. ¿No ve usted a Castaños, al viejo Saavedra? Detrás vienen Escaño y Lardizábal. ¡Cómo! exclamó la condesa con asombro . ¿También jura Lardizábal? Ese es el más orgulloso enemigo de las Cortes, y andaba por ahí diciendo a todo el mundo que él se guardaría las Cortes en el bolsillo.

Todos los días del año, al amanecer, ya están juntos todos los cabildantes a la puerta del corregidor, en cuyos corredores tienen un banco o escaño en que se sientan entretanto es hora de ir a misa, que siempre es temprano.

¿Puedo entrar? dijo de suerte que no lo oyó más que ella y el cuello de la camisa. ; muy despacito... ¡cuidado con hacer ruido!... Aguarde; déjeme cerrar la puerta... Va a tropezar con algo. Deme usted la mano; yo le llevaré hasta el escaño. Quedaron efectivamente en completas tinieblas. Rosa hablaba en falsete, tan bajito que sus palabras salían de la boca como levísimo soplo.

La parquedad en alojamiento y mobiliario confirman las observaciones del padre Guevara, reinando Carlos V, al decir : «que no hay escaño a do se echar, banco a do reposar, mesa a do comer ni silla a do se asentar, y que se come en el suelo como moro ó en las rodillas como mujer y se duerme en una tabla tomando por almohada una rodela». Mas esto era aplicable á los pasajeros.

A su derecha, en el primer banco, los ministros... Miro con profunda atención eso escaño humilde. ¡Cuántos hombres grandes lo han ocupado en lodos los tiempos! ¡Cuántos espíritus poderosos, inquietos, sutiles, hábiles, han brillado desde allí!

Sospechando en seguida por ciertos signos de dónde procedía el obstáculo, mientras engullía el almuerzo silenciosamente, arrojaba miradas furiosas sobre su esposa y Flora. En cuanto terminó se levantó con violencia del escaño, sacó la flauta de las alforjas y se fué camino del molino, donde había una molinera obesa con quien también daba celos á D.ª Robustiana.