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Actualizado: 6 de mayo de 2025


La costa se había borrado en la lejanía y la sombra había caído densa sobre el impetuoso Cantábrico, envolviendo al barco en el espíritu aterido y misterioso de la noche. Al lado del joven pensativo resonaron unos pasos, que llevaban el compás, gratamente, a una linda barcarola. Salvador volvió la cabeza hacia aquel lado y aguzó en la oscuridad su mirada.

Es difícil, señorita, fijar la fecha de una reminiscencia. Más difícil es ser franco repuso ella entre el asombro de sus dos acompañantes. Yo lo soy siempre que es necesario. Quiere decir que en este caso no lo considera usted necesario, señor. ¿Y en qué consistiría mi falta de franqueza, señorita? dijo Ricardo envolviendo a Lorenzo en una mirada que parecía decir: «¡Ayúdame!», o «déjanos solos».

Esto es tan verdadero y exacto, que en cosas realmente unidas no cabe juicio afirmativo por solo faltarles la identidad; en tales casos, para poder afirmar, es preciso expresar el predicado en concreto, esto es, envolviendo en él de algun modo la idea del sujeto mismo; por manera que la misma propiedad que en concreto debiera ser afirmada, no puede serle en abstracto, antes bien debe ser negada.

Entonces invadió a mi alma una melancolía que el silencio de aquellas alturas, envolviendo a Pekín, hacía más desolada; era como un cansancio de mismo, un largo pensar de mi sentir; allí, aislado, absorto en aquel mundo duro y bárbaro.

La bóveda celeste brillaba como un inmenso fanal de luces de oro, sublime, infinito, envolviendo los mundos que pueblan sus abismos y soledades profundas. Algunas estrellas azuladas se encendían tímidamente en los confines del Oriente. Desde el Occidente el ojo sangriento del sol las miraba severo.

Mientras Clara reprueba los proyectos, algo libres, de su hermana, urde ella el enredo más astuto, haciéndose pasar por Eugenia, envolviendo en sus redes al futuro marido que se le destina, engañando á la dueña que la guarda, y convirtiéndola en auxiliar de sus planes.

Una ventana próxima dejaba visible la puesta del sol, envolviendo en un nimbo de oro al piano y al ejecutante. La poesía del ocaso entraba por ella: susurros del ramaje, cantos moribundos de pájaros, zumbidos de insectos que brillaban como chispas bajo el último rayo solar.

Sonaba también de vez en cuando algún balcón que se abría con estrépito ó la voz de una mujer que mandaba á su hijo á la escuela, ó los chillidos penetrantes de los niños que jugaban en la calle. Envolviendo todos estos ruidos de un modo vago y misterioso, percibíase el lejano rumor de un río que no corría muy apacible. Indudablemente no estamos en el campo, pero tampoco en la ciudad.

En la esencia de su todo que es esencia de lirismo que convergen hacia un foco por la acción de los espejos envolviendo pudorosa sus encantos tropicales, cual si fueran de una flama los lumínicos reflejos, que convergen hacia un foco por la acción de los espejos convergen los más hermosos, los más santos ideales.

Palabra del Dia

ciencuenta

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