Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 15 de junio de 2025


Había llegado pocos años hacía de Cuba, donde cargando primero cajas de azúcar y luego vendiéndolas se enriqueció. Vino hecho un beduino, sin noticia alguna de lo que pasaba en el mundo, sin saber saludar, ni proferir correctamente una docena de palabras, ni andar siquiera como los demás hombres. Los treinta años que permaneció detrás de un mostrador le habían entumecido las piernas.

Tres horas después resonaban gritos y lamentos al otro extremo de la casa... Era Paquito Luján, que entumecido por el fresco de la madrugada y aterrado por la oscuridad, despertaba allá en la Nursery, olvidado de todos en aquel suntuoso palacio, morada del padre y la madre que le habían dado el ser, y de diecisiete criados dedicados a su servicio.

Tantos pensamientos nuevos y tan repentinos en un pobre cerebro entumecido y cansado, es un sufrimiento atroz. ¿Qué hacer? ¿Desperdiciar en un momento las pruebas de cordura y de resignación que he logrado dar?... ¿Exponerme, si me cogen, á pasar por un hipócrita y un embustero? ¡Tragomer, no puedo!... Abandóname á mi destino...

Un gigantón paseaba entre los grupos, devorando con mordiscos de fiera un mendrugo cubierto de carne sanguinolenta y cruda, alimento excelente, según él, para conservar la fuerza. Todas las tardes bajaba a la enfermería algún luchador con el rostro entumecido y desfigurado. Ahora, los marineros exentos de servicio acudían a la explanada de popa, atraídos por el brutal interés de estas peleas.

Y a propósito de elecciones dijo don Celso : tengo el gusto de presentar a usted a nuestro.... ¡Calle! ¿Dónde está don Simón? ¡Aquí está! respondió desde el corral una voz débil y enronquecida. Corrieron allá los seis caciques, y encontraron al candidato haciendo los mayores esfuerzos para apearse, ayudado del jayán. El pobre hombre estaba entumecido, yerto.

Las trémulas llamaradas, que el fuego de la chimenea despedía, hacían oscilar fantásticamente, sobre las paredes del aposento, la sombra del viejo don Alejandro. Arrebujado éste en un sillón, al lado del ancho hogar, procuraba calentar su cuerpo, entumecido, no tanto por el mal tiempo que a la sazón hacía, cuanto por los años y penas que sobre él pesaban.

Cegado, atontado, entumecido por el frío, acaba por perder la voluntad; da vueltas sin moverse del sitio y se agita sin objeto. Al fin, caído en alguna sima, mira pasar con estupor los torbellinos de la tormenta y se deja vencer poco á poco por el sueño, precursor de la muerte.

Todos rodearon a Isidro, manoseándolo, buscando en vano la herida que le arrancaba hondos suspiros. Ni rastro del proyectil. Sólo una leve depresión del cuero del zapato sobre el mismo lugar entumecido por el dolor.

La pesadez del hombro le impulsaba á cambiar de posición, como si esto pudiera librarle del dolor. Con paso vacilante, entumecido por el reposo, salió de la barraca, sentándose bajo el emparrado, en un banco de ladrillos. La tarde era desapacible; soplaba un viento demasiado fresco para la estación.

Palabra del Dia

vorsado

Otros Mirando