Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 7 de mayo de 2025


No contenta con esto, suplicó y obtuvo de su padre que le cediese un pabellón que había en la huerta para reunir allí todos los días una docena de niñas huérfanas y enseñarles a leer, escribir y rezar y darles una educación apropiada a su sexo y posición social. La extremada dulzura con que trataba a las discípulas le granjearon pronto su cariño y hasta su adoración.

Hace eso por ... Qué buena es... La de Ribert nos explicó en pocas palabras cómo había conocido al señor Baltet, y habló de sus investigaciones sobre el celibato... La abuela sonrió... El señor Baltet tomó parte en la conversación... Genoveva habló también... Solamente a no se me ocurrió nada que decir... Era tan feliz con mi absurda angustia... No cuánto tiempo duró la visita, pero cuando la abuela se levantó, di un suspiro de pena... La abuela lo notó probablemente, pues invitó al señor Baltet a ir a casa al día siguiente, con aquellas señoras, para ver unas antigüedades que podía enseñarles.

Abrazó a Rinconete y a Cortadillo, y echándolos su bendición, los despidió, encargándoles que no tuviesen jamás posada cierta ni de asiento, porque así convenía a la salud de todos. Acompañólos Ganchoso hasta enseñarles sus puestos, acordándoles que no faltasen el domingo, porque, a lo que creía y pensaba, Monipodio había de leer una lición de posición acerca de las cosas concernientes a su arte.

Y parece que agradó al cielo esta devota acción, porque los principales del pueblo se mostraron luego tan aficionados á lo bueno, que le suplicaron al Padre con eficacísimos ruegos se quedase entre ellos para enseñarles el camino de la salvación eterna; mas por mucho que el P. Lucas deseaba lo mismo, no les pudo dar gusto por entonces, porque ya entraba el invierno; pero les dió palabra que á la primavera siguiente volvería á vivir de asiento entre ellos.

No tenga miedo, señor arcipreste... murmuró gravemente Barbacana . Perro que ladra no muerde. Ni a romperme un vidrio se atreverán esos bocalanes. Pero conviene estar dispuesto, por si acaso, a enseñarles los dientes. Resonaban nutridos y feroces los mueras; mas en efecto, ni una piedra sola venía a herir los cristales.

Celebró el pueblo estas paces con solemnidad y alegría incomparable; pero sobre todos, quien dió mayores muestras de contento fué Cambaripa; y Tataberiy se aficionó increíblemente á los misioneros, y por medio de ellos á la Santa ley de Cristo; pidióles que se quedasen allí para enseñarles los Divinos Preceptos, prometiendo alistarse cuanto antes en el número de los fieles; y en prendas de eso le dió para que bautizase un hijo único que tenía.

Los que las usan á menudo, dán á entender que quieren ganar á los oyentes, no enseñarles: los que se satisfacen de ellas, muestran que su entendimiento todo es oidos y imaginacion; pues estas dos cosas se llenan con la multitud de símiles metafóricos.

Sus hijos, cuando llegaban á la edad de siete años, perdian, ya que no el amor, los regalos i caricias maternas; pues les eran arrebatados para que recibiesen educacion en la ley de Cristo; pero no de personas ligadas á ellos por los vínculos de la sangre ó de la amistad. ¿Qué habian de enseñarles sino desprecio i aborrecimiento á aquellos que les dieron la vida?

GOPA. Yo creo en el impulso magnánimo que le mueve, y esto me basta: creo en su dulce compasión por todos los seres; en su amor a los hombres, a quienes mira como a hermanos, sin distinción de castas; y en su deseo vehemente de enseñarles el camino de la virtud y de la paz.

Yo voy también, si quieres, responde el ganso y se marchan juntos el pollo, la gallina, el gallo, el pato y el ganso al palacio del rey. 25 En el camino encuentran un pavo. El pavo quiere ir con ellos a informar al rey que el cielo ha caído. Ninguno de los pobres animales sabe el camino. En este momento encuentran una zorra. La zorra dice que quiere enseñarles el camino al palacio del rey.

Palabra del Dia

commiserit

Otros Mirando