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Actualizado: 31 de mayo de 2025


Nada había en ellos que autorizase al mundo para suponerles unidos por un lazo más estrecho que el de la superficial amistad engendrada con el trato del medio social en que vivían. Existían en cambio poderosos indicios para suponer que, si algún exceso de galantería mostraba Félix Aldea hacia Margarita de Algalia, no eran enteramente desinteresadas sus intenciones.

De todos modos, si hago esta confesión, no es con ánimo de publicar debilidades, sino por hacer patente lo miserable de la naturaleza humana, que aún en los más elevados caracteres deja ver alguna ocasión su fondo de perversidad. De la novela, inocente causa de tan reñida controversia y desbarajuste final, ¿que he de decir, sino que salió cual engendrada en aciaga noche de escándalo?

24 Antes de los abismos fui engendrada; antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas. 25 Antes que los montes fuesen fundados, antes de los collados, era yo engendrada; 26 no había aún hecho la tierra, ni las campiñas, ni el principio del polvo del mundo. 27 Cuando componía los cielos, allí estaba yo; cuando señalaba por compás la sobrefaz del abismo;

La hermosa, la hermosísima hija, digo, si en los dos años que no la veo no la han dado viruelas, la matadora de corazones, engendrada por el buen Ignacio Soldevilla. ¿Y dónde está su padre? En Nápoles con el duque de Osuna. ¡Ah! ¡diablo! ¡diablo! paréceme que si los muchachos se quieren, podremos tener boda; pero maravíllame que doña Clara, que no le ha conocido hasta esta noche...

Las hay blancas con el transparente blancor del alabastro; rubias como hebras de mazorca; morenas en que parecen haberse deleitado las miradas del sol, y también las hay enteramente negras, al igual de aquella princesa de las leyendas árabes que fue engendrada por el misterio en el vientre de la noche.

El baile estaba en sus momentos de mayor brillantez, y la animación, engendrada por la muchedumbre, se traducía en un continuo murmullo, que sólo a desiguales intervalos podían dominar desde la orquesta los instrumentos de metal. El salón parecía un foco de claridad intensa.

La borrasca de Alpnach, engendrada por el soplo traidor del Pilatos, subia, subia y subia, con una rapidez prodigiosa, escalando la montaña como una furia y revolcando en el abismo sus remolinos de ráfagas y lluvia con la violencia del mar irritado que sacude su melena sobre inmensos arrecifes.

Si usted me lo permitiese, querido Valleumbroso, yo quisiera una vez estar a su lado en el instante de componer para hacer sobre usted algunas experiencias científicas. Cuando usted guste replicó el mosquito, rojo de placer. Tengo la seguridad de encontrar la insensibilidad dolorífica en mayor o menor grado y la irregularidad del pulso engendrada por el impulso convulsivo de las arterias...

Nadie tiene derecho, se dijo, a convertir el escepticismo en inacción. Mientras en el mundo suene una queja engendrada por el egoísmo y la injusticia, quien se precie de bueno debe luchar hasta morir, que para caer herido en defensa de lo santo no hace falta creer: basta amar.

Palabra del Dia

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