United States or Jamaica ? Vote for the TOP Country of the Week !


Exteriorizaban sus preocupaciones en el arreglo del capote, que no daban nunca por terminado, dejándolo suelto sobre un hombro, arrollando los extremos en torno de la cintura y procurando que por debajo de este embudo de vivos colores surgiesen, ágiles y gallardas, las piernas enfundadas en seda y oro.

Pasaban al borde de la Trascava, cuando Lili, desviándose del sendero con la elástica ligereza de sus patillas como alambres, echó a correr césped abajo por la vertiente del embudo. Primero corría, después resbalaba. Sofía dio un grito de terror.

Desde aquí haría rumbo Sudoeste hasta el cabo de Gata, donde empieza á angostarse el Mediterráneo, formando el embudo del estrecho. Luego pasarían ante Almería y Málaga, llegando á Gibraltar al día siguiente. Aquí es donde esperan muchas veces los enemigos dijo Ferragut á uno de los oficiales . Si no tenemos un mal encuentro antes de la noche, habremos terminado perfectamente nuestro viaje.

La Nela, deteniéndose y deteniendo a su compañero por el brazo, observaba la boca de la sima que se abría en el terreno en forma parecida a la de un embudo. Finísimo césped cubría las vertientes de aquel pequeño cráter cóncavo y profundo. En lo más hondo, una gran peña oblonga se extendía sobre el césped entre malezas, hinojos, zarzas, juncos y cantidad inmensa de pintadas florecillas.

De repente se ensancha, y de aquella negra arcada se desprenden pálidas y tristes exhalaciones. ¡Infeliz del que tenga que sobrellevar la primera ventada que de allí parte! Tal vez perezca. Empero la forma ordinaria que reviste la tempestad es la de un embudo.

Al poco rato dibujose la figura de la vagabunda en lo más hondo que se podía ver del horrible embudo. Choto, después de husmear el tragadero de la Trascava, subía describiendo las mismas espirales. La Nela subía también, pero muy despacio. Detúvose, y entonces se oyó su voz que decía débilmente: ¿Señor?... Que subas te digo.... ¿Qué haces ahí? La Nela subió otro poco.

Un ingenioso naturalista lo compara á un gigantesco embudo que absorbiese bruscamente. La ola, escapándose de allí bajo espantosa presión, se eleva á alturas de que no hay otro ejemplo en nuestros mares. La marejada del Noroeste es el motor de la máquina, y si es un tanto más Norte empuja hacia el fondo del golfo, va á aplastar San Juan de Luz.

Luego, enseñó Rafael la otra joya del cortijo: un palo largo rematado por un embudo de hierro, cuyos bordes entrantes y salientes daban la idea vaga de un dibujo. Era la marca de la ganadería, ¡el hierro!, y había que ver con qué respeto lo acariciaba Rafael. Una cruz sobre una media luna formaban la señal que llevaba en sus flancos todo el ganado de Matanzuela.

Si el filipino, pues, es bastante inteligente para que contribuya, debe serlo también para elegir y tener quien vele por él y por sus intereses, con el producto de los cuales sirve al Gobierno de su Nación. Raciocinar de otra manera, es raciocinar como un embudo. Vigiladas las leyes y los actos de las autoridades, la palabra Justicia puede comenzar á dejar de ser una ironía colonial.

Ahí, donde ahora se eleva esa columna como una plegaria se eleva al cielo, estuvieron las jaulas de hierro, construidas en forma de embudo, para que el prisionero no pudiera permanecer sino encorvado. ¡Cosa singular!