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Actualizado: 3 de junio de 2025
Además, Paca tenía el secreto deseo de mostrar el poder de su elocuencia persuadiendo á Velázquez á que se casase con Soledad. En cuanto á Antonio y María-Manuela, lo había intentado en vano.
El calor y la pulsación precipitada de la mano de Clara, que tenía entre las suyas, le indicaron que la fiebre aumentaba, tal vez por la agitación de aquel diálogo, en que él había puesto toda su elocuencia, y ella toda su sinceridad. Es preciso cuidarte mucho dijo Lázaro. Sí contestó ella; quiero vivir. #El gran atentado#. Por la tarde llegó un médico enviado por Bozmediano.
Don Paco se puso verde al oír tales despropósitos, y llevándose la mano al corazón, miró a la Condesa con semblante dolorido y contristado, como para manifestarle, en la sola elocuencia de una mirada, que él no había enseñado tales cosas al joven discípulo.
I. ¡Cuánta elocuencia en un letrero! «¡Estás sola! pues ¿y Dios?».
Diego, después de muchas vacilaciones, se decide al cabo á pedir á Don Pedro la mano de su hija; pero es rechazado al principio, si bien logra al cabo, al expresar su pasión con el mayor calor y elocuencia, que Don Pedro le prometa que Isabel será libre por espacio de tres años y tres días, y que si durante este plazo consigue hacerse rico, ningún obstáculo se opondrá á su deseado enlace con ella.
Su predominio en los medios técnicos de exposición aparece así en el diálogo ordinario, que, sin embargo, se distingue del común y vulgar por un ligero tinte poético, como en el calor vehemente de la elocuencia.
La prensa, que es periódica, tiene poco alimento para el reportaje en la vida regular y monótona de Bogotá; con frecuencia el Magdalena se ha rezagado con exceso, los vapores que traen la correspondencia se varan y se pasan dos o tres semanas sin tener noticias del mundo. ¿Dónde ir a tomar la nota del momento, el chisme corriente, la probable evolución política, el comentario de la sesión del Senado donde el «macho» Alvarez ha dicho incendios contra el Presidente Núñez, que Becerra ha defendido con valor y elocuencia? ¿Dónde ir a saber si Restrepo está en Antioquía de buena fe con los independientes, o lo que Wilches piensa hacer en Santander?
Una tarde de Diciembre, Lafontaine y su esposa paseaban por el bosque, y la color gris del cielo nuboso y el crujir de las hojas caídas y el silencio de las fuentes heladas debían tener para ellos elocuencia muy triste. De pronto, un árbol se desplomó sobre la anciana, aplastándola. Lafontaine lanzó un grito, su mejor grito tal vez, y perdió el conocimiento. Su corazón estalló.
Pero, amigo mío, si tuviera que demostrar su inocencia, ¿qué hacer? ¿Dónde encontrar la fuerza de inteligencia suficiente para anular las pruebas acumuladas? ¿Cómo convencer á los jueces? El mismo abogado de Jacobo, ese admirable señor Duranty que defendió á mi pobre hijo con tan apasionada elocuencia, me decía, después de la vista: ¡Yo no sé! Cuando le oigo gritar que no es culpable, creo.
Semejante a aquellos amadores que fijan en la mente la imagen de sus amadas tal cual se les apareció en una hora culminante y memorable para ellos, y, a despecho de las injurias del tiempo irreverente, ya nunca las ven de otro modo, al señor Joaquín no le cupo jamás en la mollera que su caro prohombre fuese distinto de como era en aquel instante, cuando encendido el rostro y con elocuencia fogosa y tribunicia se dignó apoyarse en el mostrador de la lonja, entre un pilón de azúcar y las balanzas, demandando el sufragio.
Palabra del Dia
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