Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 8 de mayo de 2025


Sintiendo, más que viendo, que Gloria me observaba, fui a buscarlo; pero en la taberna se lo di a don Alejandro, diciéndole: Haga el favor de llevar este vaso a Joaquinita. Como diese luego algunas vueltas por delante de las damas, dirigí distraídamente la mirada a los pies de Pepita y observé que traía las botas rotas. Al instante lo advirtió: ¡Qué! ¿Se fija usted en mis botas rotas?

Al caer Lorenzo, el perro huyó despavorido, con la cola entre las piernas; el tostado se quedó mirando a Lorenzo con profundo asombro, sin comprender, evidentemente, la razón de aquella caída, mientras Baldomero corría hacia el caído, que se levantó diciéndole: ¿Vio qué corcovo, eh?... ¿Se ha hecho daño, don Lorenzo? No; ¡si en cuanto empezó a corcovear me bajé!

De todos lados de la cámara... digo del café, vino gente a felicitar al gobernador, y el mozo, a quien Juan Pablo debía el consumo de cinco meses, y algunos picos, se puso más contento que si le hubiera caído la lotería; y hasta el amo del establecimiento fue a dar un apretón de manos a su parroquiano, diciéndole si podía colocar en las oficinas de la provincia a un sobrinito suyo que tenía muy buena letra.

Había también aquí gran carestía de víveres, por cuya causa algunas buenas mujeres representaron á Dios su necesidad, diciéndole la una: «Señor y Dios Nuestro Jesucristo, dadnos qué comer, porque si no nos morimos.» Y otra: «Señor ¿queréis que me muera? Mirad que me estoy cayendo de hambre», y aquel año fueron abundantísimas las cosechas.

Después le dijo otro moro de los Alfaques lo mismo, certificando lo que el maltés había dicho, diciéndole que había discordia entre el General de la mar y el de la tierra sobre el partir.

El queriendo mirar, ella tomándole de las ropas, del hombro, de la garganta, y diciéndole al oído, quedo, muy quedo: «¡No, no!», desesperadamente. Ya entraban por la otra puerta que acababa de abrirse algunos hombres con hachas encendidas, cuando su amada le puso la mano sobre los ojos.

Cristeta dejó de ir a paseo y no permitió salir a la chica, con objeto de excitar y enardecer más la curiosidad de don Juan; pero a la par que esto hacía por reflexión, se apoderó de ella tal impaciencia que estuvo a pique de escribirle diciéndole con terrible laconismo: «VenPor supuesto que si lo hace él se presenta de fijo en su casa o dondequiera le citase, sin miedo a marido, aunque fuera más temible que el Gran Turco.

Para desterrar la costumbre de jurar, que suele reinar entre soldados y marineros, se impuso pena, á que todos se obligaron, de quien quiera que faltase, hubiese luego de besar el suelo, diciéndole los presentes: Viva Jesus, bese el suelo.

11 Y cuando ella se las puso delante para que comiese, él trabó de ella, diciéndole: Ven, hermana mía acuéstate conmigo. 12 Ella entonces le respondió: No, hermano mío, no me hagas fuerza; porque no se hace así en Israel. No hagas tal locura. 13 Porque, ¿dónde iría yo con mi deshonra? Te ruego, pues, ahora que hables al rey, que no me negará a ti.

En fin, la suerte me deparó uno, que, diciéndole mi deseo y poniéndole el libro en las manos, le abrió por medio, y, leyendo un poco en él, se comenzó a reír. Preguntéle yo que de qué se reía, y respondióme que de una cosa que tenía aquel libro escrita en el margen por anotación.

Palabra del Dia

bagani

Otros Mirando