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Actualizado: 14 de junio de 2025


Doña Magdalena, adorada con el velo y despreciada con el rostro descubierto, tiene celos, pues, con razón, de misma, y ofendida del comportamiento de su prometido, resuelve castigar la tibieza de éste y premiar la fogosa pasión del amante. Tal es el argumento de esta comedia, notable por sus muchas y divertidas escenas.

-En eso de volver, o no, las espaldas no me meto -replico el diestro-; aunque podría ser que en la parte donde la vez primera clavásedes el pie, allí os abriesen la sepultura: quiero decir que allí quedásedes muerto por la despreciada destreza. -Ahora se verá -respondió Corchuelo.

Tambien publicó en aquel tiempo Miguel Silveyra su poema El Macabeo; i aunque era hombre doctisimo, su obra por lo hinchado i babilónico del estilo es ininteligible i justamente despreciada.

El marqués no estaba menos admirado que su hija de esta transformación de sentimientos de su mujer. ¿En qué consistía? ¿Por qué, a medida que iba resignándose sin esfuerzo a quedarse sin el hijo, antes preferido, se aficionaba tanto a la hija, despreciada y aborrecida ayer?

Corrigiendo las pruebas de tanto libro religioso notaba Gabriel el profundo respeto que aquella ciencia despreciada infundía a los buenos abates franceses, de cultura muy superior a la de los canónigos de allá abajo.

Pero transcurría el tiempo; la mujer despreciada adquiere mayor valorización a cada vuelta de sol; y el deseo, al renacer en las entrañas, las araña como un demonio implacable, diciendo burlonamente a cada zarpazo: «Toma, hombre aislado; toma y aguanta, ya que eres el más fuerte...». Despertó Ojeda al día siguiente con los sonidos de la música, que daba su concierto matinal.

El adulterio se ha perpetrado ya. El Duque concibe algunas sospechas. Federico, para engañar á su padre, pídele la mano de su sobrina Aurora, despreciada por él en los primeros arrebatos de su pasión; pero Casandra, ciega de amor, y celosa á causa del proyectado casamiento, abruma á reconvenciones á su amante, y el Duque, que los oye, se confirma en sus sospechas.

Todo me es igual. No me quedaré donde me aborrecen y soy despreciada. Tampoco me dejarías, si no me despreciases y aborrecieses. Y, esto diciendo, su apasionado pecho palpitó con fuerza y dos grandes lágrimas aparecieron en el borde de sus párpados, pero las sacudió con el extremo de su delantal, como si fuesen insectos inoportunos.

Muchas familias de Palma veraneaban ahora en la Cartuja, convirtiendo las celdas en hermosas habitaciones, y cada cual quería que la suya fuese la de Jorge Sand, infamada y despreciada por sus abuelas. Febrer había visitado el convento con un nonagenario de los que fueron vestidos de moros a dar serenata a la francesa. No se acordaba de nada; no podía reconocer la habitación.

Leonora, loca de amor y de despecho, le persiguió, fue a llamar a su puerta como una criada, sintió una amarga voluptuosidad viéndose por primera vez despreciada y desconocida, hasta que una reacción de carácter hizo renacer en ella su antigua altivez. Se acabó el amor. ¡Adiós a los artistas! Gente muy interesante, pero nada quería ya con ellos.

Palabra del Dia

rigoleto

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