United States or Niue ? Vote for the TOP Country of the Week !


Clara estuvo un momento sin poder articular palabra. La repentina noticia la turbó tanto, que no se atrevió á preguntar más. Hermana prosiguió la devota, ¡qué muchachos los del dial! ¡Qué horrible corrupción! Ese joven debe ser un monstruo. Pero ¡ay! debemos tener compasión con los delincuentes que yerran. No es que crea yo, como Orígenes, que hasta el diablo se ha de salvar.

Al saber estos daños y alborotos, mandó la reina á Córdoba por corregidor á Diego de Merlo para que apaciguase á aquellos señores y solicitase de D. Alonso la satisfaccion de sus agravios. Consiguió con su buen carácter y mejor maña que este le entregase á Montarque por prenda, hasta satisfacer al conde de Cabra, y luego empezó á castigar á los delincuentes.

El león más fuerte subirá a un árbol y convencerá a la más débil alimaña de que no ha sido criada para ir y venir y vivir a su albedrío, sino para obedecerle: y no será lo peor que el león lo diga, sino que lo crea la alimaña. Pondrán nombre a las cosas, y llamando a una robo, a otra mentira, a otra asesinato, conseguirán, no evitarlas, sino llenar de delincuentes los bosques.

Y las he cumplido, señor; quién es el delincuente, ó por mejor decir, los delincuentes. Yo debí de haber matado á Francisco de Juara pensó Quevedo ; á veces la caridad es tonta, estúpida. Acúsome de necio: encerrado me doy. El alguacil entre tanto sacaba un mamotreto de entre su ropilla. He aquí las diligencias de la averiguación de ese delito, excelentísimo señor dijo el corchete.

Desde el tiempo de los jesuitas tienen por costumbre, y observan todavía puntualísimamente, el que, en acabando de azotar a los delincuentes, se han de levantar del suelo, donde los hacen tender, y con mucha humildad van delante del que los mandó castigar, y le dan los agradecimientos de haberles corregido sus defectos.

Es, pues, el caso que los cuadrilleros se sosegaron, por haber entreoído la calidad de los que con ellos se habían combatido, y se retiraron de la pendencia, por parecerles que, de cualquiera manera que sucediese, habían de llevar lo peor de la batalla; pero uno dellos, que fue el que fue molido y pateado por don Fernando, le vino a la memoria que, entre algunos mandamientos que traía para prender a algunos delincuentes, traía uno contra don Quijote, a quien la Santa Hermandad había mandado prender, por la libertad que dio a los galeotes, y como Sancho, con mucha razón, había temido.

Estos indios son bastante tratables, guardan fe en sus contratos, castigan a los delincuentes, sin permitir se haga daño a nadie, si no han recibido antes algún agravio, y así viven en buena armonía con todos los de los pueblos, menos con los de Yapeyú, que, porque éstos les han hecho algunos daños, siempre que pueden se vengan de ellos.

El Corregidor, cuidadoso con estas públicas amenazas, é insolentes pretensiones: obraba vigilante en la averiguacion y pesquiza de los autores, pero por mas exactas diligencias, así judiciales como extrajudiciales que practicó, nunca pudo saber la verdad para castigar á los delincuentes, á fin de mantener á todos con la quietud y buena armonia, á que siempre propendió desde el ingreso á su corregimiento.