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Actualizado: 8 de octubre de 2025


La ironía, querido Núñez, es la flor que brota siempre del conocimiento adecuado de las cosas y muestra la imposibilidad de reducir el conocimiento intuitivo al conocimiento abstracto expresó Pareja dejando caer las palabras una a una como perlas destinadas a enriquecer la tierra.

Bien, hija, descuida, así se hará... ¿Dices que se llama Benito? ¡Dale con Benito!... Se llama Jacobo, y es un muchacho distinguidísimo, a quien quiero que consideres como mi primo que es. Currita disertó un momento sobre el amor de la familia y el imperioso deber que tiene todo ciudadano de estrechar estos lazos venerandos, y dejando ya convencido a Fernandito, marchó a reunirse con la duquesa.

Dejando este punto en duda, descendí con la mirada y la atención a lo que más me interesaba por el momento: lo que podía verse de la tierra en todas direcciones desde mi observatorio de piedra mohosa con barandilla de hierro oxidado. ¡Bien poco era ello, Dios de misericordia!

El mundo, en su movimiento de traslación, corría demasiado aprisa para que ellos lograsen mantenerse eternamente en su superficie. Se agarraban a la corteza con sus garras de hueso, pugnando por mantenerse firmes durante muchos años, tal vez durante siglos, pero la velocidad de la carrera acababa por expelerlos a todos, dejando atrás una estela de huesos rotos, luego de polvo, y al fin nada.

La sangre, por una parte, se regenera incesantemente por el quilo vertido en sus vasos, y por la respiracion; por otra, suministra el alimento del cuerpo dejando en la trama de los órganos los materiales apropiados á cada uno de ellos, y abandonando los gastados ya y, por lo mismo, inútiles ó perjudiciales.

Verdad... Por mi parte no pienso sacar título, ni mi herencia es para tanto... Esas señoras, no ... Obdulia merece ser Duquesa, y lo es por la figura y el tono, aunque no se decida a ponerse la corona. De Emperatriz le corresponde, como hay Dios. En fin, yo no me meto... Y dejando a un lado la heráldica, vamos a otra cosa».

Soledad se puso aún más pálida. Y dejando escapar la cólera que hinchaba su corazón desde el principio de la entrevista, profirió con voz alterada: ¿Sabes lo que te digo, Manolo?... Que hagas el favor de dejarme en paz.

Abierto y caído el hábito desde los hombros hasta la cintura, dejaba descubiertas las espaldas, que aparecían cárdenas y ensangrentadas, dejando correr hilos de sangre que manchaban la túnica y goteaban sobre el suelo.

En España, dejando en suspenso el decir si es bien o mal, ya que en mi entender para todo hay razones, se escribe poco en proporción de lo que en otros países se escribe. Y aun de eso poco que se escribe en España, no suele ser lo peor lo que, por incuria o falta de estímulo, queda inédito o pasa ignorado.

Pero dejando á un lado la cuestión de la originalidad, es indudable que ha de admirarse en la obra de nuestro poeta su enérgica pintura de caracteres y su vigorosa representación de la Edad Media española. Indicaremos, pues, su argumento con alguna prolijidad.

Palabra del Dia

crocus

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