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Actualizado: 16 de mayo de 2025


Según dejamos dicho, la iglesia estaba completamente desmantelada; en el altar mayor pendían aún de las altas cornisas los rotos jirones del velo con que le habían cubierto los religiosos al abandonar aquel recinto; diseminados por las naves veíanse algunos retablos adosados al muro, sin imágenes en las hornacinas; en el coro se dibujaban con un ribete de luz los extraños perfiles de la obscura sillería de alerce; en el pavimento, destrozado en varios puntos, distinguíanse aún anchas losas sepulcrales llenas de timbres, escudos y largas inscripciones góticas; y allá á lo lejos, en el fondo de las silenciosas capillas y á lo largo del crucero, se destacaban confusamente entre la obscuridad, semejantes á blancos é inmóviles fantasmas, las estatuas de piedra que, unas tendidas, otras de hinojos sobre el mármol de sus tumbas, parecían ser los únicos habitantes del ruinoso edificio.

La Gloriosa Santa Baya, mándanos tal castigo porque dejamos su romería. EL MANCO LEON

Siguiendo la línea de construcciones, dejamos á la proa, Malacañang, residencia de nuestra primera Autoridad, y bien modesta por cierto, para la jerarquía del alto Jefe que la habita. Á continuación de Malacañang palabra tagala que quiere decir casa del pescador, quedó el barrio de Nagtajan, desde el cual las orillas del río principian á tomar otro carácter.

Nuestro locomotor prosiguió su marcha, y al cabo de un cuarto de hora de camino á través de las calles de esta Babilonia europea, el guia nos anunció que allí estaba el hotel indicado por el caballero español que nos habia recibido en el ferro-carril. Dejamos el ómnibus, y un mozo comenzó á subir el equipaje.

Dios nos libre, Anita, Dios nos libre.... La paz del hogar no es cosa de juego.... ¿Y la salud? la salud del cuerpo, ¿dónde la dejamos? ¿Pues no se trataba de ponernos en cura? ¿No estábamos ahora hablando del espíritu y su remedio? Pues el cuerpo quiere aire libre, distracciones honestas, y todo eso ha de continuar en el grado que se necesite y que indicarán las circunstancias.

También con esto que dejamos apuntado está de acuerdo el General Monteagudo, entre cuyos proyectos figura el de adquirir en los Estados Unidos, un número suficiente de caballos del mismo tipo de los que tan excelente resultado han dado en el Tercio Táctico de la Guardia Rural. Por fuerzas del capitán Perdomo.

Es cierto que en el dia no nos seria muy dificil arrojarlos por fuerza de Coimbra y Albuquerque; pero, si por alguna transacion los dejamos en posesion de alguno de dichos presidios, no dejar

424 Es triste dejar sus pagos y largarse a tierra ajena llevándose la alma llena de tormentos y dolores; mas nos llevan los rigores como el pampero a la arena. 425 Irse a cruzar el desierto lo mesmo que un forajido, dejando aquí en el olvido, como dejamos nosotros, su mujer en brazos de otro y sus hijitos perdidos.

-Yo no creo nada deso -respondió Sancho-, pero, con todo, haré lo que vuesa merced me manda, aunque no para qué hay necesidad de hacer esas experiencias, pues yo veo con mis mismos ojos que no nos habemos apartado de la ribera cinco varas, ni hemos decantado de donde están las alemañas dos varas, porque allí están Rocinante y el rucio en el propio lugar do los dejamos; y tomada la mira, como yo la tomo ahora, voto a tal que no nos movemos ni andamos al paso de una hormiga.

Nada me importa. Y os está el corazón reventando por saber... Si no dejamos esta conversación... Si la dejáramos, ¿cómo habíais de saber que ese mancebo, tan hermoso, tan honrado, tan franco, tan bueno, tan valiente, es hijo del duque de Osuna y de la duquesa de Gandía? Doña Clara se puso muy pálida, pero se dominó. Manolillo la veía sufrir con cierta feroz complacencia.

Palabra del Dia

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