United States or Afghanistan ? Vote for the TOP Country of the Week !


40 Felipe empero se halló en Azoto; y pasando, anunciaba el Evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea. 1 Y Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al príncipe de los sacerdotes, 2 y demandó de él letras para Damasco a las sinagogas, para que si hallase algunos hombres o mujeres de este camino, los trajese presos a Jerusalén.

El Magistral se paseaba a grandes pasos, con las manos a la espalda, en la cámara roja, cubierta de damasco. Carraspique, que vestía el luto reciente de su hija, miraba a don Fermín con los ojos arrasados en lágrimas.

Luego levantó las colgaduras de damasco rojo galoneadas de oro que cubrían como una tienda de campaña el amplio lecho majestuoso, en el que habían nacido, procreado y muerto varias generaciones de Febrer. La noche anterior, al retirarse del Casino, la había encargado Jaime con gran insistencia que le despertase temprano.

Algunos reflejos de tenue luz entraban por dos altas y rasgadas ventanas laterales, cubiertas ambas con grandes cortinones de rojo damasco, desteñido y empolvado.

Aquel cuarto podía llamarse el altar de la familia; nada gozaba del honor de encontrarse allí si no tenía historia; las sillas de damasco rojo, los dos o tres veladores de laca, el espejo, el cuadro con la ejecutoria de los Aguirres, el arca.... De cada cosa de éstas, mi abuela, o mi tía Úrsula, podían hablar media hora.

Don Diego, como queda dicho, llevó á D. Fadrique á la ciudad. Tenía D. Fadrique trece años, pero estaba muy espigado. Como iba de visitas de ceremonia, lucía casaca y chupa de damasco encarnado con botones de acero bruñido, zapatos de hebilla y medias de seda blanca, de suerte que parecía un sol.

Por lo que hace a recibirlas de visita... eso, según y conforme dispusiese su marido; pero, ¿qué trabajo cuesta un saludo? A Ana le había de enseñar su casa. ¡Su casa! ¡Una casa como la de Sobrado, con sillería de damasco carmesí, consola de caoba, espejo de marco dorado, piano, reloj de sobremesa y tantas bujías encendidas!

29 ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿Quién se tropieza, y yo no me quemo? 30 Si es necesario gloriarse, me gloriaré yo de lo que es de mi flaqueza. 32 En Damasco, el capitán de la gente del rey Aretas guardaba la ciudad de los damascenos para prenderme; 33 y fui descolgado del muro por una ventana, y escapé de sus manos.

Instintivamente palpé el espesor de las ropas de mi cama; y aunque era muy considerable, retiré la colcha de damasco rojo y puse en su lugar mi pesada manta de viaje en dos dobleces. Sentía los pies helados, y me calcé unas zapatillas forradas de piel; y no me envolví el cuerpo en un abrigo ruso de que iba provisto, porque estaba resuelto a darme otro chamuscón en la cocina inmediatamente.

Los Arabes andaluces, sin embargo, siguiendo de rutina la práctica establecida en Damasco y Bagdad, edificaron sus mezquitas con la Quibla ó lado del santuario vuelto al mediodia, de modo que en rigor su santuario no miraba á la Meka, aunque asi lo suponian. Mahoma en el Koran llama á la Meka Quibla del mundo.