United States or Uruguay ? Vote for the TOP Country of the Week !


Apenas comienza la primavera, vivo constantemente al aire libre... Me tienen sobradamente ocupada mis gallinas, mis flores, mis árboles; cuido yo misma la corta de mis bosques y le aseguro a usted que no apenas qué cosa sea el aburrirse. ¿Y en invierno?

El espada cuidó de sus bajos con una escrupulosidad femenil. Manejaba el traje de «nazareno» con las mismas atenciones que un vestido de lidia en tarde de corrida. Se calzó con medias de seda y zapatos de charol.

D. Joaquín enfermó muy de veras y de la última enfermedad, que fue larga y penosa. En ella le atendió, le veló y le cuidó Rafaela como la más santa, más fiel, más devota y más apasionada de las mujeres. Hubo tal sinceridad, abnegación y fervor en ella, que hasta las personas más incrédulas y mal pensadas la miraron como modelo de cariñosas enfermeras.

Mi querida abuela cuidó de mi infancia y, a pesar de su tristeza y de su dolor, de ella me vinieron todas las alegrías y todas las felicidades de niña. Mi vida entera cabe en esta palabra: la abuela.

Pero usted puede decirme algo respecto a esta extraña pesquisa de Blair; algo, quiero decir, que pueda ponerme en la senda de la solución del secreto. El secreto de cómo obtuvo su fortuna, dice usted, ¿eh? Por cierto. ¡Ah! mi estimado señor, eso no lo descubrirá nunca, fíjese bien, aun cuando llegue a vivir hasta los cien años. Burton Blair se cuidó bien de ocultar eso a todo el mundo.

Obtenido pan y vino, hacía falta el aceite. Probablemente lo pensó así don Antonio de Ribera, y al embarcarse en Sevilla en 1559 cuidó meter a bordo cien estacas de olivos. Don Antonio de Ribera fué, en Lima, persona de mucho viso; como que tenía escudo de armas en el que había pintado dos lobos con dos lobeznos en campo de oro.

La campana del reloj de San Marcos tiene grabada una inscripción latina que traducida al castellano, dice: «Nada hay más veloz que el tiempo y para que no se malgaste, señala o insigne Sevilla, á tus moradores las horas. El Senado y el pueblo de Sevilla, cuidó de construir este reloj con sus caudales, para el bien público, el año de Cristo Salvador de 1553

Al fin cobró ánimo el barbero portugués, me dió unos quantos puntos en la incision, su muger me cuidó, y á cabo de quince dias estaba ya bueno. El barbero me acomodó de lacayo de un caballero de Malta que iba á Venecia; pero no teniendo mi amo con que mantenerme, me puse á servir á un mercader veneciano, y le acompañé á Constantinopla.

Lo confieso, madre; he dudado mucho antes de dar este paso, pero mi deber es antes que todo. ¿No siente usted miedo... vergüenza por vivir así? Y ¿qué quieres que haga? Yo no mando... yo cuido de la casa... y nada más: la limpieza... trabajar y más trabajar... ¡qué yo! ¡Limpieza y trabajo! ¡Con eso piensa usted que ha cumplido!

Santaló era muy inteligente, muy culto, y tenía voluntad. No triunfó porque ni siquiera pudo vivir. La Casualidad, que vela por los aprendices del Arte, no se cuidó de él. Los bohemios viven a pesar de los restaurantes donde suelen ir a comer y de las yácijas donde suelen ir a acostarse. Baroja dice que el triunfo literario consiste en la resistencia del jugo gástrico.