United States or New Caledonia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Sus cartas y las de sus servidores están llenas de instrucciones, quejas y demandas, en virtud de las cuales nunca faltaban en la despensa y cueva de aquel modesto palacio los pescados de todos los mares, las aves más renombradas de Europa, las carnes, frutos y conservas de todo el universo.

En Paris no es alto un piso tercero. Señora, no es cuestion de Paris; es cuestion de una enfermedad de que adolezco con gran pena mía ... y en resumidas cuentas, tenga usted la bondad de prevenir á sus criados que me traigan el equipaje á donde encuentre un piso principal, entresuelo, bajo, aunque sea un sótano ó una cueva.

En el período siguiente había de aparecer este poeta; pero bastábale por ahora al teatro que hubiese hombres instruídos y de talento poético, que se decidiesen por la forma dramática nacional. Juan de la Cueva , de una familia ilustre, nació en Sevilla hacia 1550, y, según parece, pasó en esta ciudad casi toda su vida.

Seguíalos el cura llevando de la mano á un niño, y cerraba la marcha el conde, que llevaba cogido familiarmente á Octavio por la espalda. La pomarada. Cuando el licenciado Velasco de la Cueva puso su planta ceremoniosa en los umbrales del palacio condal, los rayos de un sol fogoso de estío le obligaron á hacer guiños, con lo cual perdió no poca autoridad su rostro imponente.

Y viviendo y residiendo en este pueblo Alcaviza, abrió la tierra una cueva siete leguas deste pueblo, do llaman hoy Pacaritambo, que dice Casa de producimiento; y esta cueva tenia la salida della cuanto un hombre podia caber saliendo ó entrando á gatas; de la cual cueva, luego que se abrió, salieron cuatro hombres con sus mujeres, saliendo en esta manera.

Cristóbal de Virués. López Pinciano, sobre el drama español. Más duradera memoria dejaron algunos poetas de Valencia, que cultivaron la poesía dramática poco después de Juan de la Cueva. Valencia, que, juntamente con Sevilla, fué la ciudad más rica y populosa de la antigua España, estaba hacía tiempo en posesión de un teatro fijo, parecido al de Madrid, y llamado el corral de la Olivera.

Un destacamento de soldados sitió el jardín del alcaide Hassén, penetró en la cueva, y se apoderó de los fugitivos. Cervantes declaró en el acto que él solo era culpable, y que había seducido á los demás para que huyesen. Confesado esto, fué llevado con cadenas á la presencia del Rey, después de sufrir los improperios y malos tratamientos de la soldadesca y las burlas del populacho turco.

Ya había saco de padre, Había barba y cabellera, Un vestido de mujer, Porque entonces no lo eran Sino niños: después de esto, Se usaron otras sin estas De moros y de cristianos Con ropas y tunicelas; Estas empezó Berrio; Luego los demás poetas Metieron figuras graves, Como son reyes y reinas. Fué el autor primero de esto El noble Juan de la Cueva: Hizo del padre tirano, Como sabéis, dos comedias.

Del mismo Malara dice Juan de la Cueva, que ha llevado al teatro mil tragedias, y que en este género intentó romper las estrechas vallas del drama antiguo trágico, y que, en vez de imitar servilmente la forma clásica, creó una nueva.

Desnoyers vió sobre una puerta un Cristo de marfil, amarillento por los años, tal vez por los siglos: una imagen heredada de generación en generación, que debía haber presenciado muchas agonías... En otra cueva encontró, en lugar ostensible, una herradura de siete agujeros.