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Actualizado: 17 de junio de 2025
Una especie de rocío refrigerante de honradez, dulzura y religiosidad se derramó sobre el público; las gentes experimentaban impulsos de abrazarse, de rezar y de charlar. ¡Después dirán que los oscurantistas se levantan por la religión! ¡Sí, sí! ¡Por cobrar las contribuciones y destruir ferroscarriles! ¡Que vengan a oír esto! ¿Quién duda que los mejores cristianos son los federales?
Puede decirse que la conflagración era general en el país, sin embargo de que Guirior había declarado en suspenso el cobro de las odiosas y exageradas contribuciones, mientras con mejor acuerdo volvía el monarca sobre sus pasos.
La tributación que estaba obligado á satisfacer el indio súbdito de España era enorme y onerosa: contribución á la Hacienda; prestación personal; diezmo y santorun á la iglesia, mas las contribuciones extraordinarias para las atenciones de guerra, arrebataban al pobre cultivador el total beneficio obtenido en sus industrias.
Los viejos jugaban al piqué; las viejas al boston, presididas por la Vizcondesa. El recaudador de contribuciones jugaba al billar con el alcalde, y Cecilia, agrupando en torno suyo a los jóvenes, propuso pasar el tiempo en juegos de prendas, lo que se aceptó con entusiasmo. Los juegos de prendas están aún de moda en las provincias, sobre todo en la de los Bajos Pirineos.
Entregó á un comerciante de Sevilla una suma pequeña de dinero, producto de las contribuciones, para que él lo hiciese al Tesoro público; pero el depositario la gastó, desapareció después, y el pobre Cervantes, sin medios para pagarla, y acusado de malversación de caudales, tuvo que ir á la cárcel, de donde sólo salió después de dar fianza suficiente.
La gente de las barracas respetaba á don Joaquín, aunque en lo concerniente á sostener su miseria anduviese remisa y remolona. ¡Lo que aquel hombre había visto!... ¡Lo que llevaba corrido por el mundo!... Unas veces empleado ferroviario; otras ayudando á cobrar contribuciones en las más apartadas provincias de España; hasta se decía que había estado en Cuba como guardia civil.
Sabiendo que el Cura, el Alcalde y el Recaudador de contribuciones son tres fuerzas ó personas distintas que forman una sola potencia verdadera para dominar el distrito, la diplomacia del paisano consiste en lisonjear, á esas tres entidades, vivir en buena armonía con ellas, ocultarles los recursos de que dispone y dejar que ruede la bola del vecino, sin inquietarse por nada.
Lo nono, que no pueda imponer contribuciones, ni gravámenes al pueblo ó sus vecinos sin prévia consulta y conformidad de este Exmo. Cabildo.
Excusado es decir que ya había pagado al entrar en el parque general que rodea al Niágara, que a cada paso que daba para mirar de un lado a otro, se me aparecían empleados con sus tiskets y talones, etc. ¡Con cuánto placer habría dado una suma redonda, superior al monto de las pequeñas y sucesivas contribuciones con que me incomodaban sin cesar!
Si por dicha, que no es de esperar, mi Meditación no pareciese muy mala, tal vez me animaría yo a escribir otra sobre las contribuciones y los empréstitos de España, diciendo siempre lo que dice el vulgo y nada más que lo que dice el vulgo, sin meterme en honduras. LAS ESCRITORAS EN ESPA
Palabra del Dia
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