Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 4 de mayo de 2025
No; prefiero trabajar. Yo saldré adelante. Y vendiendo bienes para reunir fondos, Fernando se lanzó en los negocios con una ceguera que no admitía consejos.
Pero le hice ver en seguida los inconvenientes que habría traído consigo cualquier resolución violenta en tal momento, y concluyó por convenir en que mejor había sido «el despresiarle». Después de quedar unos instantes silenciosa en actitud reflexiva, abrió la llave de los consejos.
Contestaba a las cartas de su apoderado y de Carmen con breves epístolas de letra trabajosa que revelaban su firme voluntad. ¿Retirarse? ¡Nunca! Estaba resuelto a ser el de siempre, se lo juraba a don José. Seguiría sus consejos. «¡Zas! estocada, y el bicho en el bolsillo.» Se le ensanchaba el ánimo, y en esta amplitud sentíase capaz de guardar todos los toros, por grandes que fuesen.
Los consejos de don Ciriaco hicieron que no acudiese con frecuencia a casa de Hortensia. Mi asunto marchaba bien. Antes de un mes podría ver en la calle de la Aduana este letrero: COMPA
Conciencia á vos y á mí paciencia para tanto robo; ¿qué falta de más de eso? Un real. Tomadle. Dios guarde á vuestra merced muchos años. De pícaros como vos. ¿Pero qué es eso? dijo el cocinero mayor viendo que el bufón se ponía de pie. Que nos vamos. ¿Y no me dais los consejos que os he pedido?
Dios sabe cuántas proposiciones habría perdido la niña por culpa de aquel hombre, que gozaba todas las intimidades de un novio, sin decidirse nunca a serlo. Pero Conchita se mostraba sorda a los consejos de mamá. Ella lo pescaría; los hombres que las echan de listos caen cuando menos lo esperan: todo era cuestión de tiempo y de presentar buena cara.
Guardiana le enseñaba y daba consejos, porque la chiquilla, silenciosa y triste, le recordaba su sordo-mudita, inspirándole lástima; mientras Ana contaba noticias de la ciudad, que sabían al dedillo.
Su dinastía valía casi tanto como la de los reyes, y en más de una ocasión habían salvado a éstos con sus consejos y su energía. Detrás de las águilas venían las aves de corral.
Sin enojo oyó Morsamor las amonestaciones de Tiburcio, pero no atendió a sus consejos y siguió pretendiendo y rindiendo culto a doña Sol de Quiñones. En las justas figuró con brillantez y lució la empresa que él mismo nos ha descrito. Hubo en palacio otra magnífica fiesta.
Copiarémos al fin estas cartas para que se vean los sanos consejos de esta Reina, y los medios de que se valia para establecer la concordia en los estados de su hermano.
Palabra del Dia
Otros Mirando