Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 27 de junio de 2025
Es una bicoca, hija manifestó la marquesa con aquel tono y aire de superioridad indulgente que sabía tomar cuando le convenía . Si salgo de mi conflicto, esa futesa por que usted se apura tanto, corre de mi cuenta. Así está el país como está, porque el capital no circula, porque todo el metálico está en las arcas, sin beneficio para nadie, ni para el que lo posee.
El recuerdo de su difunto, que siempre se avivaba en la mente de doña Lupe cuando se veía en algún conflicto, la enterneció. En todas sus aflicciones se consolaba con la dulce memoria de su felicidad matrimonial, pues Jáuregui había sido el mejor de los hombres y el número uno de los maridos. «¡Ay, mi Jáuregui!» exclamaba echando toda el alma en un suspiro.
No es fácil descubrir la razón que hubo de moverle, porque ambas comedias se fundan por completo, con arreglo á las ideas de los españoles de aquella época, en el conflicto suscitado entre el honor y los deberes de súbdito. Las comedias auténticas de Alarcón se distinguen de la mayor parte de las demás españolas por lo animado é individual de sus caracteres.
La Reina acabó por enfadarse de encontrarlos siempre a su paso cuando salía del alcázar e iba a cualquiera parte. El temor de que sobreviniese un conflicto aumentaba su enfado. La Reina volvió entonces a reprender a doña Sol y esta alegó que ya no tenía culpa.
Los primeros que llegaron á Puno refirieron el conflicto en que suponian á Chucuito, con cuya noticia mandó Orellana se aprontase toda la fusileria, determinado ir en persona á socorrerla, y ya en el acto de emprender la marcha, llegaron otros que variaron mucho las circunstancias, asegurando se habia librado la mayor parte de las gentes, y que venian un poco mas atras incorporados con las tres compañias de caballeria, y que asimismo era inutil ir en busca de los que no habian podido pasar el desfiladero en que estaban apostados los rebeldes, porque habian perecido ya indefectiblemente.
Plantea, pues, lo que llaman ahora conflicto o problema religioso, y le plantea por medio de una fábula, que no deja de guardar cierta analogía lejana con la de Sibila, de Octavio Feuillet, y la de Gloria, de Galdós. Es un libro sin unción y sin nervio.
Su padre, hombre de grande influencia en los círculos; su novio, uno de los hombres más ricos; Fernanda, la mujer en boga; Blanca, la criatura más distinguida del salón porteño, ponían aquella noche en conflicto la bolsa de cada uno de los concurrentes. ¡Tiene tal sello inconfundible el regalo oficial en una noche de bodas!
Rufete desfiguraba los hechos para velar su cobardía, que quizás, o sin quizás, más que cobardía, fue complicidad con los infames asesinos. El oficialete declaraba haber salvado de la muerte a muchos franciscanos; pero los que lograron salir vivos de la infame jornada aseguraban que en el momento del conflicto no se vio al señor oficial por ninguna parte.
Al llegar a esto del barco averiado, el lenguaje de la pobre señora, más que lenguaje, era un sollozo continuo. Rosalía, casi tan apenada como ella, la incitó a que explicara el motivo de tanta desdicha, para ver si, conocido de una manera clara y concreta, era fácil buscarle remedio. Mas la marquesa no supo o no quiso exponer su conflicto en términos categóricos.
Toda la batalla fue negocio de algunos segundos. D. Luis había estado sereno, como un filósofo estoico, a quien la dura ley de la necesidad obliga a ponerse en semejante conflicto, tan contrario a sus costumbres y modo de pensar; pero, no bien miró a su contrario por tierra, bañado en sangre, y como muerto, D. Luis sintió una angustia grandísima y temió que le diese una congoja.
Palabra del Dia
Otros Mirando