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Actualizado: 25 de junio de 2025
Pero siempre o casi siempre, a poco de morir, sobreviene para todo hombre el momento de mayor indulgencia, afecto y estimación que le concede el mundo.
Así en lo malo como en lo bueno, siempre se deja un rabillo, para que lo desuelle el destino. En las mayores calamidades, permite siempre un suspiro; en las dichas que su misericordia concede, se le olvida siempre algún detalle, cuya falta lo echa todo a perder.
Vamos, amigo Rocchio, no sea usted malo, que no es tan fiero como quiere hacerse; no es la primera vez que usted me concede plazos, y más largos todavía. Será en junio... ¡piense cómo está el mercado! ¡hasta Schlingen! Rocchio, siempre encrespado, refunfuñaba: Y su alhajita de primo, el joven Vargas, también me dará la castaña... No sé dijo Jacintito, no le he visto. Con que quedamos que en junio.
En este punto de la situación económica, ya no entra por nada la fantasía del Barón. La pura verdad acude en su abono y le concede justa alabanza. El Barón es un prodigio de arreglo y de economía. No disimula su pobreza, pero tampoco la deplora. En los círculos más elegantes se presenta siempre con el decoro propio de su clase. No juega, ni bebe.
Sin embargo, para proceder en la impugnacion con cumplida lealtad, no quiero extractar sus ideas, sino dejarle que las explique él mismo. «Todo el mundo concede la proposicion: A es A, así como que A = A, porque esto es lo que significa la cópula lógica, y esto es admitido sin reflexion alguna como completamente cierto.
El bill que se habia presentado al parlamento, prohibiendo las bebidas al pueblo en el dia del domingo, único de la semana en que descansa, y en el cual tiene cerradas las bibliotecas y el mismo palacio de cristal, donde pudiera aprender algo, el bill que negaba al pueblo lo que la aristocracia se concede profusamente , ese bill digo, que produjo las reuniones del pueblo en el parque , las escenas con la policía, y el miedo de los nobles, fué retirado ántes de discutirse.
Solo unos pocos de estos tienen permiso para cultivarlo, aunque muchos otros pudieran hacerlo con gran provecho. La autoridad no concede permiso sino á personas de confianza.
La llegada imprevista del hermano de la viuda termina al cabo este enredo; el viejo soldado, cuando descubre el juego, se llena al principio de extremada ira, pero acaba por ablandarse, y concede la mano de su sobrina al aventurero que se ha introducido en su casa de un modo tan extraño.
Firme creyente yo en el libre albedrío, aseguraba que todo ser humano, ya por naturaleza, ya por gracia, que Dios le concede si de ella se hace merecedor, puede vencer las más perversas inclinaciones, domar el carácter más avieso y no incurrir ni en falta ni en pecado.
Cree que vivir es saber; él ha vivido; mas está persuadido de que sabe más, y no ceja un punto: hé aquí la intolerancia. Cree tambien que lo que su Hacedor no le concede, no debe ser bueno en ningun otro hombre; su Hacedor le niega las pasiones activas y fogosas, la voluptuosidad, el deleite, la emulacion, la fantasía, y ve en todos los goces anteriores otros tantos hechos rebeldes.
Palabra del Dia
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