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Actualizado: 4 de octubre de 2025


El gigante asintió con un movimiento de cabeza, mientras Popito continuaba su relato. La insurrección había tenido que retrasarse un día, hasta que, al fin, en la mañana anterior, Ra-Ra, con unos cuantos miles de esclavos y llevando como oficiales á muchos jóvenes de los clubs «varonistas», se lanzó al asalto de la Universidad para apoderarse de las armas depositadas en el Museo Histórico.

Si es Coletilla exclamó él del chirlo reconociéndole. Coletilla, el amigo de Vinuesa, el que anda por los clubs para contarle al Rey lo que pasa. ¡Que cante el Trágula! dijo el chalán, que estaba envuelto desde el pescuezo á la rabadilla en un ceñidor encarnado, por entre cuyo pliegues asomaba el puño de uno de aquellos célebres alfileres de Albacete que tanto dan que hacer á la justicia.

Ningún casamiento ha agitado más que aquél los círculos sociales de Buenos Aires. En el teatro, en Palermo, en los bailes, en los clubs, en las iglesias no se hablaba de otra cosa. Mi tío había hecho demoler y reedificar gran parte de su casa de la calle Victoria.

Los ministros hablan de libertad, los diputados hablan de libertad, los de los clubs hablan de libertad; pero la libertad no se ve, no existe: es una farsa. Digo, señores, que prefiero á esta farsa los frailes de antes y el rey absoluto de antes. ¿Pues eso qué duda tiene? dijo Núñez.

Ahora, que apenas hay majadero o galopín que no se meta a sabio o a gobernador del pueblo o a personaje importante; ahora, que todos los hombres se pasan la vida echando discursos en las sociedades científicas, en los clubs, en las asambleas y en otros focos de luz, ¿no es conveniente que haya algunos que se vayan a los salones para que las pobres mujeres no se queden solas, sin nadie que les hable y las entretenga un poco?

El redactor principal del N ... le contestó el secretario, director de una sociedad filantrópica, caballero de Carlos III, por una oda dedicada al rey; socio honorario de todos los clubs revolucionarios de París, por una elegía á Marat.... ¡Redactor del N!... exclamó admirado el interpelante. ¿Entonces hay en Madrid dos periódicos de ese nombre! No, señor don Silvestre.

Los clubs, que comenzaron siendo cátedras elocuentes y palestra de la discusión científica, salieron del círculo de sus funciones propias aspirando á dirigir los negocios públicos, á amonestar á los gobiernos é imponerse á la nación.

No todo en el mundo debe ser útil. Es una satisfacción para el egoísmo paternal haberse matado trabajando en un extremo del mundo para que el hijo vaya al otro hemisferio a mantener cocotas de precio y sostener el juego en los clubs elegantes.

Su pobreza ansiaba vengarse en esta noche extraordinaria, y todos ellos vociferaban dirigiéndose a los cafés llenos de gente acomodada, a los clubs donde se reunían los señoritos: ¡Aquí están los macarenos! ¡Que vengan toos a ver lo mejó der mundo! ¡Viva la Virgen!

Yo siempre he creído a mi primo tan inofensivo como una paloma; pero los que le rodean no lo son. Como la mariposa es impulsada al fuego por un secreto anhelo de quemarse, mi primo Primitivo es arrastrado a los clubs por un desdichado prurito de bullanga que puede en él más que la razón, si es que razón hay dentro de aquella cabeza.

Palabra del Dia

aprietes

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