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Actualizado: 4 de octubre de 2025
En la actualidad, la llave de oro es el ábrete sésamo de las puertas de la sangre más azul de Inglaterra. Ya no existen los viejos círculos exclusivistas, o, si hay algunos, han quedado obscurecidos y no tienen importancia. Las damas asisten a los salones-conciertos y se jactan de concurrir a los clubs nocturnos.
Es en un baile del Club del Progreso donde pueden estudiarse por etapas treinta años de la vida social de Buenos Aires: allí han hecho sus primeras armas los que hoy son abuelos. La dorada juventud del año 52 fundó ese centro del buen tono, esencialmente criollo, que no ha tenido nunca ni la distinción aristocrática de un club inglés ni el chic de uno de los clubs de París.
La mayor porte se dirigía á la Carrera. Es porque allí estaba el club más concurrido, el más agitado, el más popular de los clubs: La Fontana Se Oro. Ya entraremos también en el café revolucionario. Antes crucemos, desde el Buen Suceso á los Italianos, esta alegre y animada Carrera de los Padres Jerónimos, que era entonces lo que es hoy y lo que será siempre: la calle más concurrida de la capital.
Eres el hazmerreír de círculos y clubs... En cambio, aunque calumniosamente, se supone a otros más afortunados que tú con la dama de tus pensamientos y desvelos.
Nuestra idea continuó Alfonso, es combatir á esos republicanos tibios que van á las Cortes y á los clubs para sermonear sobre el orden y la moderación. Exterminio á esa canalla, á esos hipócritas. Sí dijo el Curro, porque si uno se deja dominar por esos tibios, se queda uno atrás; y no están los tiempos para quedarse uno atrás. Mucho tino, que el que ahora no saca algo....
No había tienda sin tertulia, como no podía haberla sin mostrador y santo tutelar. Era esto un servicio suplementario que el comercio prestaba a la sociedad en tiempos en que no existían casinos, pues aunque había sociedades secretas y clubs y cafés más o menos patrióticos, la gran mayoría de los ciudadanos pacíficos no iba a ellos, prefiriendo charlar en las tiendas.
¿Pues qué le ha pasado? continuó Clara, que se había puesto pálida y temblorosa. Que está preso en la cárcel, y bien merecido. ¿Pues qué ha hecho? Alborotar por esas calles y hablar en los clubs una serie de cosas tan pérfidas ó infernales, que horroriza el recordarlas. Anoche nos contó don Elías todo lo que ese desalmado joven ha hecho, y pasé un mal rato.
El menor estudio les produce neuralgias, y así renuncian los pobrecitos a la adquisición de todo tesoro intelectual, que es el tesoro de los tesoros, prefiriendo el otro, el tesoro amonedado de papá, para derrocharlo en forma dispendiosa en los clubs, en las carreras, en otras cosas peores aún, y acabar, a la postre, siendo unos desdichados. ¿Qué serán éstos mocitos cuando lleguen a viejos?
Pero yo, en los últimos años, he ido de ciudad en ciudad visitando los clubs de hombres y otras asociaciones secretas del «partido masculista». En mis conferencias les he hecho conocer el cuaderno que dejó mi padre. Reproducido por prensas clandestinas circula hoy ocultamente, y es leído como el libro sagrado del porvenir.
En relaciones secretas con la corte, procuraba organizar una reacción, y todos los medios se adoptaban si conducían al fin deseado. Iba á los clubs, atizaba alborotos, frecuentaba las reuniones de realistas y aun de los liberales. Todo lo averiguaba y lo aprovechaba todo.
Palabra del Dia
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