United States or Luxembourg ? Vote for the TOP Country of the Week !


Los duelos entre personas de las clases más elevadas, era cosa frecuente y ocasionaban feudos y reyertas en los que participaban también los amigos y servidores de los principales contendientes. Sin embargo, después del encuentro que dejo reseñado, circularon rumores tales, que me impusieron la mayor prudencia. Era imposible ocultar a los parientes de las víctimas la muerte de sus deudos.

Pero estas órdenes, aunque el profesor recomendó á su gente el mayor secreto, circularon por la ciudad.

Servían los camareros el helado, cuando sonó el fuerte repiqueteo de un cuchillo contra una copa. Quedó inmóvil la servidumbre, circularon siseos imponiendo silencio, y todas las cabezas se volvieron hacia un mismo punto del comedor. El amigo Neptuno va a hablar dijo Isidro.

Todos volvían la vista en torno, indecisos sobre la gravedad del suceso... Pero pronto circularon noticias optimistas, que nadie sabía de dónde venían; esa opinión anónima que todos admiten, y en ciertos instantes enardece o inmoviliza a las muchedumbres... No era nada. Un varetazo en el vientre que le privaba de sentido. Nadie había visto sangre.

En verso y prosa se publicaron y circularon profusamente por Sevilla á raíz del suceso multitud de relaciones á cual más curiosas y de las cuales se conservan algunas de que no he de hacer mención por lo dilatado que resultaría este apunte y en todas ellas se encuentran curiosos detalles sobre el nunca visto suceso de Cosme Sevaro.

Circularon rumores de que los dedos de la reina Juana habían jugado algunas veces con aquella rubia barba, y efectivamente el señor de Védène tenía el glorioso aspecto y el mirar abstraído de los galanes amados por reinas... Aquel día, para honrar a su nación, había sustituido su vestido napolitano por un capisayo bordado de rosas, a la provenzala, y sobre su capillo temblaba una gran pluma de ibis de Camargue.

XXXIX. Las mudanzas de España que ponen espanto, aluden á los escritos que circularon contra la corrupción del Gobierno y de la corte, dirigidos singularmente á la censura del tráfico que hacían Pedro Franqueza y Rodrigo Calderón, hechuras del de Lerma. Ex.^mo S.^r

Cuando sintió los labios del joven posados sobre la piel de su mano, tembló toda, se puso pálida y roja con intermitencias casi instantáneas, y una corriente de calor ardientísimo y una ráfaga de frío nervioso circularon alternativamente por su santo cuerpo, no acostumbrado al contacto de labios humanos. Después de una pausa, principió á recobrar su aplomo y dijo: ¡Qué locura! ¡Santa yo!

Sirviose el café y circularon los cigarros. Juana anunció que quería fumar, y tomó un cigarro para ensayarse. Le va a hacer mal exclamó el señor de Maurescamp; tomad un cigarrillo. No, no, quiero un cigarro dijo la joven cuyos ojos estaban algo empañados. El señor de Maurescamp se encogió de hombros y quedó callado.

Desde el crepúsculo circularon por las calles grupos de hombres que se dirigían á las estaciones. Sus familias marchaban con ellos, llevando la maleta ó el fardo de ropas. Los amigos del barrio los escoltaban. Una bandera tricolor iba al frente de estos pelotones. Los oficiales de reserva se enfundaban en sus uniformes, que ofrecían todas las molestias de los trajes largamente olvidados.