Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 2 de julio de 2025


¡Virgen de la Soleá! ¡Mis hijos!... ¿Qué van a comé los pobres churumbeles si su pare no pué picá?... Carmen se levantó. ¡Ay, no podía más! Iba a caer desplomada si seguía en aquel sitio obscuro estremecido por ecos de dolor. Necesitaba aire, ver el sol. Creía sentir en sus propios huesos el mismo suplicio que hacía gemir a aquel hombre desconocido. Salió al patio.

Esta no tardó en venir, porque se enredaron a trompada limpia dos churumbeles, el uno con las perneras abiertas de arriba abajo, mostrando las negras canillas; el otro con una especie de turbante en la cabeza, y por todo vestido un chaleco de hombre: acudió el gitano a separarlos; ayudole Benina, y a renglón seguido le embocó en esta forma: «Dígame, buen amigo: ¿ha visto por aquí ayer y hoy a un ciego moro que le llaman Almudena?

Anda, grasiosa, que tienes ojillos de Virgen... Mira que tengo un ganao de churumbeles que no levantan del suelo tanto así, y están muertesitos de nesesiá. Y seguía enumerando desgracias y muertes, como si la peste negra hubiese pasado por las Cambroneras. Vaya, presiosa, suerta un poquito más de jurdé, que por eso no vas a quedar probe.

Después, tendremos chiquiyos, unos churumbeles muy monos que correrán por el patio del cortijo... ¡Para, condenao! exclamó María de la Luz. No corras tanto, que te despeñas... Y los dos quedaron en silencio, Rafael sonriendo del rubor de su novia, mientras ésta le amenazaba con una de sus manecitas por su atrevimiento.

A media noche, los señores, al salir del casino, encontraban mujeres arrebujadas en raídos mantones o con la falda a la cabeza, que les tendían la mano. Señor, que no comemos.... Señor, que nos mata la jambre... Tengo tres churumbeles, y mi marío, con esto de la juelga, no trae pan a casa. Los señores reían, apresurando el paso. Que les diesen pon Salvatierra y los otros predicadores.

Eso del cántaro no es verdad: es jonjaba que les damos a los payos; mentiras que se tragan, ansí como creen los marditos que robamos a los churumbeles para sacarles las mantecas. No hay cántaro ni na que se le parezca. Algunos, hasta se casan por Roma... Esta, por ejemplo. Y señalaba a su nuera, riendo maliciosamente al recordar los grandes regalos de la boda.

El recuerdo de los que esperaban al compañero muerto les daba nuevas energías. También ellos tenían sus churumbeles que podían aguardar el pan eternamente si daban un mal paso: ¡adelante! ¡adelante! Y con el valor audaz que da la lucha por los hijos, los dos mochileros avanzaban al través del peligro y de la noche. ¡Ay!

Si la expedición había sido fructuosa, pavoneábase la gitana con orgullo. ¡Arza pa alante, esgalichao! ¡Menúo callardó vais a mamaros y los churumbeles!... Encendían fuego en su covacha, preparando, ante todo, el chocolate, dejando para después el guisoteo de la cena.

Palabra del Dia

godella

Otros Mirando