Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 3 de mayo de 2025
A la derecha veíamos distintamente la ancha faja cenicienta de las aguas del Lütschina, afluyendo sobre la ribera izquierda del lago como un reguero de ceniza echado sobre el verde tapiz de una pradera.
Sus ojos de un azul claro, su cabellera rubia cenicienta, su carne blanca, jugosa y de ligeros tonos amarillos semejante a la fresca pulpa de un melón, parecían valorizarse con nuevos encantos así como transcurrían los días. A cada singladura los paseantes desfilaban con más lentitud ante su sillón, echando miradas de través.
La situacion de estas ermitas es en sumo grado pintoresca: desde el mirador que hay á su entrada se divisan, á la derecha, y como á la mitad de la vertiente de la montaña, la quinta de la Albayda, antiguo Castillo Blanco, propiedad hoy del conde de Hornachuelos; mas lejos el castillo de Almodovar, cuya masa cenicienta descuella confusa en la eminencia de un cerro entre los vapores que se levantan de la campiña.
Se inclinó en rápida reverencia ante Delaberge, corrió a besar a la señora Voinchet, saludó a todos y, lo mismo que la Cenicienta al dar la media noche, salió casi corriendo del salón, sin permitir que nadie la acompañase.
Tenía una palidez cenicienta y sus ojos eran más grandes que nunca, rodeados de aureolas azuladas y dolorosas. Rompió á llorar al enterarse de que su marido aparecía todas las noches en un cinema, después de haber muerto hacía un año. ¿Cómo puede ser eso?... Su asombro era tan grande, que cortaba su llanto.
Ruborizábase pensando en las horas que pasaban, siendo niños, sentados en un ribazo, oyendo ella la historia de Cenicienta, la niña despreciada convertida repentinamente en arrogante princesa. La eterna quimera de todas las niñas abandonadas venía entonces a tocarle en la frente con sus alas de oro.
Viven sesenta u ochenta años y no fructifican hasta los nueve. No se crea que el árbol da las nueces tales como las pone en circulación el comercio. Su fruto es una especie de albérchigo grande, de corteza cenicienta, que, al madurar, se abre, dejando ver una pulpa carnosa y rojiza que envuelve a la nuez, la cual está revestida de una membrana delgada, pero recia.
Sólo cambiaban el exterior y el nombre de las cosas. La humanidad contemplaba a la luz cenicienta de una religión que maldice la vida, lo que antes había visto en la inocencia de la infancia. El esclavo redimido por Cristo era ahora el asalariado moderno, con su derecho a morir de hambre, sin el pan y el cántaro de agua que su antecesor encontraba en el ergástula.
El corto bigote, negro todavía, contrastaba con su barbilla cenicienta. Sus ojos eran vidriosos, monásticos, tristes. Su humor sombrío. Creía descender de un rey de Aragón, y hacía remontar su apellido, etimológicamente, hasta un cónsul romano.
Todo Vetusta se aburría aquella tarde, o tal se imaginaba Ana por lo menos; parecía que el mundo se iba a acabar aquel día, no por agua ni fuego sino por hastío, por la gran culpa de la estupidez humana, cuando Mesía apareciendo a caballo en la plaza, vistoso, alegre, venía a interrumpir tanta tristeza fría y cenicienta con una nota de color vivo, de gracia y fuerza.
Palabra del Dia
Otros Mirando