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Actualizado: 15 de julio de 2025


No se les puede dejar solos con el cadáver indiqué yo. Claro está que no... Allá voy... , Aniceta, corre a la Celle y advierte a la hermana y al cura, para el entierro. Bueno es que esos chicos vean a su madre pasar por la iglesia antes de irse a la tierra. La buena mujer puso en orden las calcetas que estaba zurciendo, me siguió y no dejó de hablarme de las fechorías de la pobre Briffarde.

No tenía nada de buena... Sin los chiquillos, que pedían limosna por los caminos, todos se hubieran muerto de hambre, porque usted comprende que la caridad de los vecinos no basta para tapar tantas bocas... Además, la tal Briffarde no tenía nada de cómoda... Una salvaje, caballero, una leona... Las monjas de la Celle casi no podían con ella...

Los invitados llegaban en montón y el salón de baile rebosaba. Todos los alrededores habían enviado lo más escogido de sus habitantes. La música de la Celle, reforzada por la señorita Guichard, no esperaba más que la señal del alcalde, señor Tournemine, para hacer sonar sus trompetones.

En fin, le dije: «Vamosno queriendo contrariarla. Echamos a andar preguntando el camino de vez en cuando, y por último llegamos a la Celle. «El campo Quemado, me dijo un segador, está allá, en lo bajo del camino. ¿Qué va usted buscando en el campo Quemado? No hay por allí nada bueno.» «Buscamos a una familia de pobres que vive allí.» «Entonces allí la encontrarán ustedes.

La mujer se quedó un rato sin responder, con los ojos fijos y el oído en tensión, como si tratase de penetrar el sentido de las palabras de Elena. ¿Colocarlos? ¿Los chicos?... ¡Ah! , quiero... Las niñas con las monjas... de la Celle... Debe de costar caro... Los dos pequeños al Asilo, o en casa del padre Boussel, en Auteuil... ¿Sabe usted?

Sus ojos, pálidos y sin expresión, nos miraban obstinadamente a través de los mechones de cabello y detallaban de pies a cabeza el traje de Luciana, indiferentes, al parecer, al gemido casi continuo de la moribunda. En el silencio de la choza, llegaba hasta nosotros la voz de Elena: ¿Vienen alguna vez a visitarla a usted las hermanas de la Celle? Cuando tienen tiempo... muy de tarde en tarde...

Palabra del Dia

godella

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