Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 23 de junio de 2025
Este remedio indicado para el arreglo de estas campañas, y que solo quedó en los primeros pasos de su desenrolle, debe llevarse
En aquel instante entró en el salón un médico joven, conocido mío, que venía de París asistiendo a un personaje a quien acompañaba a las aguas de Mont-Doré. Los militares hablan de sus campañas, los escritores de sus obras, y los médicos de sus enfermos: es inevitable.
Después añadió, designando el último talonario con cierto desprecio: Estas blancas sólo valen dos reales. Son para ver los gigantones y las campanas. Se venden muchas entre la gente menuda que viene a la catedral en días de fiesta. ¿Querrás creer que aún hay judíos que protestan y dicen que esto es un robo?
El Sorsogon disminuyó su marcha, evitando con grandes precauciones los bajos de que estaban sembradas aquellas mares. Una boya que se balanceaba á un tiro de pistola de un rústico pantalán de madera se puso al alcance de las maniobras del barco y ... ¡fondo! gritó el capitán, confundiéndose él ruido de hierro de la cadena, con el del bronce de dos campanas que tocaban en tierra.
Estos informaban que el descubrimiento de don Juan del Corro no era embolismo, sino prodigiosa realidad. Entusiasmado el virrey se quitó la cadena de oro que traía al cuello y la regaló, por vía de albricias, al conductor de las comunicaciones. En seguida mandó repicar campanas y que se iluminase la ciudad.
Verdad es que los conquistadores no recurrieron á medios violentos de ningún género para coartar el culto religioso de los conquistados: dejáronles en libertad de seguir el que quisiesen, y de nombrar sus pastores espirituales; tuvieron sus iglesias en Sevilla, Granada, Murcia, Valencia, Toledo, Badajoz, y hasta en Córdoba, capital del imperio, y permiso de tocar sus campanas ; y cuando los persiguieron algunos califas intolerantes, como Abderramán II, fué debido á las provocaciones é inexplicable celo de sus súbditos cristianos, ávidos de ceñirse la corona del martirio y de declarar en voz alta que Mahoma era profeta falso.
Si llegan a subir, les hacemos pedazos. Mi marido tomó aquella lanza vieja que tiene allí desde las tan famosas campañas, y poniéndose delante de nosotras en la escalera, nos arengó y dispuso cómo nos habíamos de colocar. ¡Ah, si llegan a subir esos perros! Yo era la más vieja de todas, y la más valiente, aunque me esté mal el decirlo.
El cardenal español, después de estas campañas que devolvían media Italia al Papado, era rico como un rey y fundaba en Bolonia el famoso Colegio Español. El Papa, conociendo sus rapiñas, quiso pedirle cuentas, y el altivo don Gil presentó un carro cargado de llaves y cerrojos. Son dijo con fiereza de las ciudades y castillos que gané para el Papado. He ahí mis cuentas.
De aquí resulta que aun la tribu salvaje de la pampa está organizada mejor que nuestras campañas para el desarrollo moral. Pero lo que presenta de notable esta sociedad, en cuanto a su aspecto social, es su afinidad con la vida antigua, con la vida espartana o romana, si por otra parte no tuviese una desemejanza radical.
¿Por qué? preguntó el conde. Por nada. Un episodio de nuestras campañas. ¿Se acuerda usted, capitán? ¡Si se acordaba!
Palabra del Dia
Otros Mirando