Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 24 de junio de 2025
Pero ¿cómo no se la habían olvidado aquellas mujeres, que eran niñas cuando ellas las conoció, y que debían de haber cambiado bastante? ¿Cómo acudía a ellas con tanta llaneza y bondad? ¿Por qué se las llevaba, como se las llevó, a su corro, sentándolas a su lado? De todo esto don Braulio estaba tan pasmado o más pasmado que nosotros.
La condesa había cambiado bastante desde su llegada á la aldea. Había en su persona modificaciones sensibles que todo el mundo notaba, y otras que sólo un ojo perspicaz y avezado á sondar las profundidades del corazón pudiera distinguir. El cambio de color en las mejillas era lo que primero saltaba á la vista.
Parecía que el cadáver tendido abajo, en la suciedad de la cuadra, estaba allí, sobre la mesa, mirando con los ojos vidriosos e inmóviles a sus antiguos amos. Al terminar la cena, los dos hermanos salieron, marchando cada uno por su lado. Juanito había cambiado de costumbres.
Don Andrés se estremeció. ¡Ay, cómo le habían cambiado a su Rafael!... Aquella chispa agresiva, arrogante, belicosa, que brillaba en sus ojos, no la había visto nunca. Rafael, ¿así me contestas? ¡A mí, que te he visto nacer! ¡A mí, que te quiero como te quería tu padre! Soy ya mayor de edad. No quiero tolerar más esta comedia de ser personaje en la calle y un chiquillo en casa.
No había cambiado en lo más pequeño su índole fría y altanera; pero había más elegancia en su talante y mejor gusto en su modo de vestir; adquisiciones maquinales y exteriores, que a los ojos de ciertas gentes, pueden suplir la falta de inteligencia, de tacto y de buenos modales.
Desde la aparición de don Álvaro en la plaza, el humor de Ana había cambiado, pasando de la aridez y el hastío negro y frío, a una región de luz y calor que bañaban y penetraban todas las cosas: aquellas bruscas transformaciones del ánimo, las atribuía supersticiosamente a una voluntad superior, que regía la marcha de los sucesos preparándolos, como experto autor de comedias, según convenía al destino de los seres.
Para eso aténgase usted a su catecismo, Elena... He lamentado muchas veces que esté usted aquí expuesta a oír discursos que hieren sus creencias... Si alguna palabra mía lo ha hecho alguna vez, pido a usted de todo corazón que me perdone. Me acusaría siempre de haber cambiado en algo las ideas que le han hecho a usted ser lo que es. Recordé que su padre dijo un día lo mismo delante de mí.
Las fibras de su corazón eran tales, que no podían bastardearse al ser azotadas por la desgracia, como no hubieran cambiado tampoco acariciadas por la fortuna.
Un poco contaba con ella para distraerme, pero de ningún modo para aturdirme y menos aún para consolarme. Por otro lado, el campesino persistía en mí y no podía resolverse a despojarse de sí mismo, porque había cambiado de medio.
Los pájaros, que van a entregarse al sueño, gorjean en las ramas, una leve brisa sopla en los pámpanos y el sordo murmullo de la presa sirve de acompañamiento... ¡Cómo ha cambiado su humor de repente! Estaban alegres al empezar; pero las tonadas que cantan son cada vez más tristes, y el acento de sus voces cada vez más quejumbroso.
Palabra del Dia
Otros Mirando