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21 Establécete señales, ponte mojones altos; nota atentamente la calzada; el camino por donde viniste, vuélvete, virgen de Israel, vuélvete a éstas tus ciudades. 22 ¿Hasta cuándo andarás errante, oh hija contumaz? Porque el SE

Al dejar el puerto se sigue por una hermosa calzada de dos leguas de largo, construida por los Jesuitas en medio de un pantano.

Entonces Simoun levantó la cabeza, sonrióse con su sonrisa silenciosa y fría y dijo á Plácido: ¡Está bien! véngase usted conmigo. ¡A la calzada del Iris! dijo al cochero. Simoun permaneció silencioso durante todo el trayecto como si estuviese absorto en una meditacion muy importante.

De vez en vez, transitaba una mujeruca, con el refajo de bayeta amarillo limón levantado, a modo de mantellina, sobre la cabeza, calzada con almadreñas, que levantaba en las losas un eco funerario, como si caminase sobre tumbas vacías. ¿Qué le sucedería a Anselmo? ¿Estaría enojado? ¿Sería contrario al matrimonio de don Pedrito y Angustias? ¿Habría averiguado que el anónimo al Padre Alesón era obra de Felicita? ¡Dios mío, Dios mío, qué incertidumbre congojosal Felicita lloraba silenciosamente, deseando la muerte.

Una tercera calzada de la misma naturaleza que las anteriores, conduce por último, cruzando en línea recta un hondo pantano, hasta el pueblo de Concepcion.

Descendimos por la parte contraria y nos hallamos muy luego internados en los bosques. Seguimos entonces una estrecha calzada, cuyo empedrado desunido y escabroso ha debido resonar bajo el pie herrado de nuestros caballos.

Como su resplandor era demasiado intenso, el capitán en vez de bajar por medio del prado á Entralgo prefirió seguir la calzada estrecha que lo rodeaba sombreada de avellanos y castaños. Por ella caminaba tranquilo y alegre cuando delante de él se apareció de improviso D. Lesmes caballero en su briosa jaca.

Ruido de campanillas y ruedas indicó á Clara que una galera acababa de pasar la calzada del puente y entraba en la calle: esto la animó un poco, porque sentía la voz del arriero, que con tremendos palos estimulaba á sus caballerías á subir la cuesta. Levantóse la joven dispuesta á hacer la última tentativa preguntando al arriero.

El caso ocurrido con el padre, maestro Vilches, del convento de Nuestra Señora de la Merced calzada, es digno de ser recordado, porque, en verdad, tiene interés y curiosidad.

El ferrocarril llega hasta el puerto mismo por una calzada construida entre las aguas de la bahía, desarrollándose á la vista un magnifico paisaje. La provincia de Santander, muy rica por sus extensos bosques naturales y casi totalmente montañosa, es una de las mas bellas comarcas marítimas de España.