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Actualizado: 7 de junio de 2025
Al través de su piel blanca como la leche, se distingue el azul de las venas y el rojo de la sangre cuando el rubor o la expresión la enciende. Sus finos cabellos, negros como el azabache, caen sobre los hombros, de suerte que le dan todo el aspecto de una jovencíta. Nadie diría que tiene más de treinta años.
Estas avenidas generalmente duran dos ó tres meses. El Saladillo nace de una laguna, donde se descarga el rio Quinto que pasa por San Luis. Esta laguna, cuando sobresale con lluvias ò nieves derretidas que caen de las montañas, causa la inundacion de aquel rio: el cual, como toma su curso por el distrito de Buenos Aires, pasando hácia el mediodia, acercándose
Su carne, de azulinas transparencias, tenía la melancólica palidez de los tísicos, y hacía pensar, con pena, en la llegada de esos días grises en que caen las hojas de los árboles. Tenía un aroma vago y casi religioso: olía a cera y a flores de mortaja. Inició un fugitivo arpegio sentimental en el cordaje de nuestros nervios, en constante hiperestesia por el arte y por la vida.
Todos esos valientes, todos esos padres de familia que caen unos después de otros decía Juan Claudio con voz desgarradora , ¿creéis que no pesan sobre mi corazón? ¿No creéis que hubiera mil veces preferido que me aniquilasen a mí? ¡Ah! ¡No sabéis lo que he sufrido esta noche! Perder la vida no es nada. ¡Pero llevar yo solo una responsabilidad tan inmensa...!
Y ella dixo, Si Señor: porque los perrillos comen de las migajas que caen de la meša de šus šeñores. Y fué šana šu hija dešde aquella hora.
Dentro hay una silla, un espejo, una microscópica palangana. Y sobre dos banquillos, que sostienen cuatro tablas, un colchón angosto y retesado. Me acuesto sobre el duro alfamar, apago la luz. Y oigo en la lejanía tres campanas, que caen lentas, solemnes, y una voz casi imperceptible por la distancia, que grita en un plañido largo: Ave María Purísima...
Una cosa es protegerle y otra llevárnosle a casa. Aunque yo quisiera darte ese gusto, falta que mi padre lo consintiera. Tus buenos sentimientos te hacen delirar, ¿verdad, Benigna? Yo le he dicho que a las personas muy buenas, muy buenas, es menester atarlas algunas veces. Esta es un ángel, y los ángeles caen en la tontería de creer que el mundo es el cielo.
Habló más, pero sin nueva sustancia; insistió mucho en que aquello debía quedar allí, y arrancó a Bonifacio la palabra de honor de que sólo él y su señora, si él lo creía decente, debían enterarse de lo sucedido. Nadie más. Ya ve usted, es delicado... y los maliciosos, sobre todo allá en el pueblo, si saben que yo vine... y entregué... enseguida caen en la cuenta. Mucho sigilo pues.
Cierto; él solo atropella la masa de infantería; voltéanle el caballo, se endereza, vuelve a cargar su amo; mata, hiere, acuchilla todo lo que está a su alcance, hasta que caen caballo y caballero traspasados de balas y bayonetazos, con lo cual la victoria se decide por la infantería.
Seis musulmanes caen en pocos instantes muertos; los demas, cediendo al terror, huyen en encontradas direcciones dejando la azala interrumpida. Solo el Imam y unos pocos devotos permanecen en sus puestos.
Palabra del Dia
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