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Actualizado: 26 de mayo de 2025
En cuánto á Madrid político, hay que buscarlo en las Cámaras, en el periodismo, los tribunales, las juntas anónimas, el Ateneo, y sobre todo los cafés. El que juzgase á los Españoles por lo que escriben ó peroran en público y solemnemente, formaría opiniones muy erróneas. Para conocer el tipo del Español, como ciudadano, hay que oirle hablar en el café, donde se revela libremente tal cual es.
Necesito un hombre como tú, que los meta en cintura y cuide mis intereses. Y Rafael se fue al cortijo, no volviendo a la viña más que una vez por semana, cuando iba a Jerez para hablar al amo de los asuntos de la labranza. Muchas veces tenía que buscarlo en la casa de alguna de sus protegidas. Le recibía en la cama, incorporándose sobre el almohadón, en el que descansaba otra cabeza.
Tenía su puesto fijo en el banco de la Junta de Fábrica, y allí iban a buscarlo los que, necesitando con urgencia su auxilio, no reparaban en que estaba oyendo la décima misa y rezando el centésimo rosario. Don Manuel murmuraba el pedigüeño con voz misteriosa y arrodillándose cerca del Banco , necesito al momento seis mil reales.
Ahora, mientras Ana y Álvaro hablaban asomados a la galería, sin miedo al agua que les salpicaba el rostro ni a los relámpagos que rasgaban el horizonte negro enfrente de sus ojos, los demás, en la obscuridad del corredor estrecho jugaban a un juego de niños que se llamaba en Vetusta el cachipote, y que consiste en esconder un pañuelo convertido en látigo y buscarlo por las señas conocidas de: frío y caliente.
Roberto había dado un salto y se mesaba los cabellos. Sus ojos, fijos en el anciano, resplandecían en la obscuridad. Ese cuaderno, dámelo; ¿dónde está? El doctor le explicó el peligro que corría el secreto de Olga y la inquietud que esto le causaba a él mismo. ¡Espérate, voy a ir a buscarlo! exclamó Roberto dirigiéndose hacia la puerta. El anciano lo detuvo.
No tardará en llegar de Europa la sentencia general de ese pueblo. Ellos son los siervos del oro, los que tienen obligación de buscarlo, estando sometidos todos á trabajar por la fuerza.
Hacía ya cerca de un mes que no salía a caballo ni en coche, y no pasaba en la cuadra más de una hora todos los días. Piscis se hallaba consternado. Venía diariamente a buscarlo, pero en vano. Mira, Piscis, hoy tengo que limpiar los estribos de plata, no puedo salir. Mira, Piscis, tengo que ir a cobrar una letra por encargo de papá. Mira, Piscis, la Linda está con torozón y no se la puede montar.
Altamente turbado, Pablo no sabía cómo hacer los honores de su casa... El vizconde intervino, muy oportunamente: ¿Y no nos habías ofrecido buen vino de «Bourgogne»... o de «Porto»? Voy a buscarlo con el mayor gusto, si lo deseáis, caballero... ¡Eh! Yo no soy español. Puedes tutearme, muchacho. Los franceses, entre iguales, nos tratamos como iguales.
Con ese mirar vago y distraído que es, en los momentos de intensa amargura, como un giro angustioso del alma sobre sí misma, veía pasar por una y otra banda del jardín gentes presurosas o indolentes. Unos llevaban un duro, otros iban a buscarlo.
Al fin, manda enganchar el carruaje y él mismo va a buscarlo. Anda leguas y leguas, pasa en vela noches enteras, sin conseguir nunca atrapar a su hermano.
Palabra del Dia
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