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Actualizado: 6 de noviembre de 2025
Buen plato es el micho; pero cuando está rabioso, le salen pintas en la cara al que lo come, y a los tres días, muerte natural por calenturas perdiciosas. En fin, que espicharon los padres, y la chica se quedó en la puerta de la calle, sentadita. Era hermosa: por tal la celebraban; su voz sonaba como las músicas bonitas.
La gente dice que ahora fray Antonio no es tan activo como antes para buscar dinero para los pobres, pues está demasiado ocupado con su amigo inglés. ¿Y la niña? Debe ser de una belleza notable, porque tiene fama hasta en Lucca, que es una ciudad de niñas bonitas contestó el viejo, haciendo una mueca. Habla el toscano perfectamente, y puede hacerse pasar con facilidad por italiana, así dicen.
Cada cosa pide su elemento propio para vivir y desenvolverse. Las ideas del hombre están en el mismo caso: se educan, se fortalecen y aun se iluminan con el concurso de ciertos agentes externos que parecen providenciales en determinados casos de la vida. ¡Carape si se me ocurren cosas bonitas ahora!
Leonora conocía todos los rincones del mundo. Nada de Niza ni de las otras ciudades de la Costa Azul, bonitas, coquetas, empolvadas y pintadas como una dama que sale del tocador. Encontrarían en ellas demasiada gente. Venecia les convenía más.
Aleccionada por su propia vida, Cristela resolvió elegir su nuera por el alma y no por el rostro. Lo malo es que el príncipe no lo deseaba así. Con la imprudencia de su juventud, gustaba de las mujeres bonitas, sin importársele un comino de las bellezas del alma. Pero Cristela era mujer enérgica y hábil, si la hubo.
Tales eran los sitios por donde paseaba el Comendador con las dos bonitas muchachas. Apenas salieron de la población, tomaron la senda que llaman del medio. Ellas cogían flores, se deleitaban oyendo cantar los colorines ó reían sin saber de qué. El Comendador meditaba, sentía gran bienestar, gozaba de todo, aunque más tranquilamente que ellas.
Este desvanecimiento tiene su lado malísimo, lado que no podemos menos de tratar muy en serio, hablando con la experiencia en la memoria. La mayor parte de las comediantas son muchachas muy jóvenes, tan bonitas como pobres. No conocen del mundo más que las 200 brazas de tierra que siembran, ó el azul del cielo bajo el cual tienden las redes ó peinan el abacá.
No; quédese ordenó ella . Tiempo tengo de acordarme de él... Hablemos... Dígame esas palabras bonitas que usted sabe decir y que parecen de comedia: exageraciones, mentiras, cosas de hidalgo que habla de morir si no lo aman.
Mas natural sería el desquiciamiento universal, que la muerte del portentoso niño que había venido á la tierra para iluminarla con el fanal de su talento... ¡Bonitas cosas hacia Dios, la Humanidad, ó quien quiera que fuese el muy tal y cual que inventó el mundo y nos puso en él!
Priscila en ese momento, sin cesar de hablar, se volvió hacia las señoritas Gunn. Estaba demasiado preocupada por el placer de hablar para darse cuenta de que su candor no era apreciado. Hay bastantes flores para atraer a las mariposas; las mujeres bonitas alejan a los hombres de nosotras. Tengo mala opinión de ellos, señorita Gunn; no sé si vosotras la tendréis buena.
Palabra del Dia
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