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Actualizado: 2 de junio de 2025


Y como natural consecuencia de la boga de sus artículos, también su persona alcanzó inusitado favor en los salones. Se le juzgó fino, gentil, elegante: las mamás le bloquearon con sonrisas y lisonjas. Pero no estaba por los amores lícitos: gustaba de morder en la manzana prohibida, y es fama que en poco tiempo le dio muchos y fuertes bocados.

Escribía Manuelillo, en semejanza de lo que estaba en boga entonces, unas letrillas y artículos de costumbres que ya mostraban a un enamorado de la buena lengua; pero a poco se soltó por natural empuje, con vuelos suyos propios, y empezó a enderezar a los gobernantes que no dirigen honradamente a sus pueblos, unas odas tan a lo pindárico, y recibidas con tal favor entre la gente estudiantesca, que en una revuelta que tramaron contra el Gobierno unos patricios que andaban muy solos, pues llevaban consigo la buena doctrina, fue hecho preso don Manuelillo, quien en verdad tenía en la sangre el microbio sedicioso; y bien que tuvieron que empeñarse los amigos pudientes de don Manuel para que en gracia de su edad saliese libre el Pindarito, a quien su padre, riñéndole con los labios, en que le temblaban los bigotes, como los árboles cuando va a caer la lluvia, y aprobándole con el corazón, envió a seguir, en lo que cometió grandísimo error, estudios de Derecho en la Universidad de Salamanca, más desfavorecida que otras de España, y no muy gloriosa ahora, pero donde tenía la angustiada doña Andrea los buenos parientes que le enviaban las farinetas.

Demasiado inteligente para apreciar mucho esas estrecheces tan en boga en Aiglemont, la abuela cambió la conversación, que amenazaba ser funesta para los pobres Geraumont. ¿No hay ningún matrimonio en el horizonte? preguntó sabiendo que así complacía a todas aquellas señoras. La chica de Geraumont no es, sin embargo, la única joven casadera...

No solo hubo los conocidos hasta entonces, y más en boga, como justas y toros, sino que por vez primera se corrieron regatas en el Guadalquivir y en las cucañas ó en las justas tomaron parte las mujeres de la mancebia lo cual sería bien del agrado del público. He aquí los documentos en que nos apoyamos.

Toma a los judíos sus cánticos y el modo de cantarlos: una música primitiva y bárbara, que si se conociera ahora, nos taladraría los oídos. Fuera de Palestina, allí donde no había judíos, los primeros poetas cristianos, San Ambrosio, Prudencio y otros, adaptaron sus nuevos himnos y los salmos a las canciones populares que estaban en boga en el mundo romano, o sea a la música griega.

No contestó la batelera con no menos asombro. Otro toque contestó al primero desde la opuesta orilla. Oyéronse después voces de mando y ruido de pasos a la carrera. Boga, boga de prisa, a ver qué diablos significa ese trajín dijo Miguel. Úrsula obedeció, y no tardaron muchos minutos en llegar cerca de tierra.

Todo esto es, a la verdad, inaudito, y el aplauso y la boga que tales libros alcanzan en una nación tan civilizada como Francia, indican bien claro cuán aceleradamente van retrogradando los estudios estéticos, que parecían llamados a tan gloriosos destinos después del impulso que les imprimió la mano titánica de Hegel.

Si el indio puro de las alti-planicies andinas es, á pesar de su ignorancia, dulce y humilde, y la astucia constituye su fuerza moral; si el llanero de las pampas granadinas, criado en las soledades y en medio de los peligros, pero rodeado de un horizonte infinito, es no obstante su barbarie un sér eminentemente heróico, poético en sus instintos, galante, cantor, espiritualmente fanfarron, crédulo y generoso, el boga del bajo Magdalena no es mas que un bruto que habla un malísimo lenguaje, siempre impúdico, carnal, insolente, ladron y cobarde.

Yo os aseguro que Madama Ester habría sabido entonces lo que era bueno. Pero qué le importa á esa zorra lo que le han puesto en la cotilla de su vestido. Lo cubrirá con su broche, ó con algún otro de esos adornos paganos en boga, y la veremos pasearse por las calles tan fresca como si tal cosa.

Pocas palabras hay tan buenas, tan útiles en el día, tan en boga; pocas palabras buenas que puedan tan fácilmente convertirse en buenas palabras. ¿A qué nos contesta usted con el por ahora? Es la espada de Alejandro, que corta todo nudo gordiano; es la panacea universal que templa todos los dolores. Buena jornada habíamos echado, si no pudiéramos contestar a todo: por ahora.

Palabra del Dia

irrascible

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