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Actualizado: 23 de junio de 2025
Al fin nos dio razón del desgraciado preceptor un soldado, diciéndonos: Se lo llevaron entre cuatro. ¿Pero a dónde, no se sabe a dónde? El soldado, encogiéndose de hombros, fijó su vista en la puerta de San Felipe, por donde salían bastantes diputados.
Y como sorprendiese en el rostro de Fermín una mueca de protesta, volvió a su tono de humanidad. Hombre: no pienses en eso del casamiento. Ten lástima de mi y de mi familia. ¿No tenemos aún bastantes penas?
La muerte de sus hijos, la usurpacion de cuanto habian poseido, el incendio de las casas en que habian abierto por primera vez sus ojos á la luz del mundo, no eran aun bastantes para acibarar su vida: faltaba la emigracion, el desconsuelo de deber abandonar para siempre el suelo de su patria.
Estamos en un período de gran florecimiento. ¿Cómo puede encontrarse en decadencia un país que produce grandes hombres bastantes para emplear a cien escultores diarios? Pero luego me asaltó la idea de que, si España dejase de producir grandes hombres repentinamente, esos cien escultores no iban a morirse de hambre.
Encontrose a un anciano harapiento que solía pedir, con una niña en brazos, en el Oratorio del Olivar, el cual le contó llorando sus desdichas, que serían bastantes a quebrantar las peñas.
Hay bastantes capaces de representarse la belleza y el interés que ofrece la vida con sus contrastes, dotados de rica fantasía, de penetración y de estilo; pero son á mi juicio muy pocos los que en la actualidad saben componer un libro. No acontece esto porqué la cualidad de componer sea superior ó más rara que las otras, sino porque los autores no fijan en ello la atención como debieran.
Hace ya bastantes días profirió el joven, después de una pausa, con acento sombrío que debiera haber puesto las cosas en orden... Esa intimidad infundada, inconveniente, estúpida, de que haces alarde, delante de gente, de tener con el Duque, me cargaba ya hasta los pelos... Pero no quería dar mi brazo a torcer. Siempre parecen ridículos los hombres celosos.
Se observa bastante analogía en los efectos de uno y otro para no dejar de reconocer la presencia de una misma sustancia; en uno y otro hay sin embargo bastantes particularidades para dar la debida importancia á las que pertenecen á cada uno de los dos.
Fácil seria multiplicar los ejemplos en que se manifestase la superioridad que lleva el pensamiento á la palabra, en punto á velocidad; pero considero bastantes los aducidos, para demostrar que hay alguna exageracion en el dicho de que «el hombre, antes de hablar su pensamiento, piensa su palabra;» si se entiende que sea imposible todo pensamiento sin una palabra pensada. IV, cap. I, cap.
Dijo algo; pero la fuerza no le entendió. Comenzaron a caminar hacia casa, que ya no estaba lejos. Mas antes de llegar a ella, don Roque, que soplaba y bufaba como una ballena, e imitaba en lo posible la marcha jadeante y arremolinada de este cetáceo, se paró de repente, y pronunció en alta voz un largo discurso, del cual no entendió Marcones más que la palabra ladrones, repetida bastantes veces.
Palabra del Dia
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