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Actualizado: 23 de junio de 2025
Empezó á edificarse la ciudad, y á levantarse al rededor una cerca de tierra de tres pies de ancho, y una lanza de alto; pero lo que se hacia hoy se caia mañana: y dentro de ella una casa fuerte para el Gobernador. Padecian todos tan gran miseria que muchos morian de hambre, ni eran bastantes á remediarla los caballos.
El aspecto, la voz, el enérgico desprecio de aquel reto sobrecogieron a Jacobo por un momento; recobrando, sin embargo, bien pronto su audacia, replicó lleno de rabia: ¡Que la presente si quiere!... ¿Dónde tiene las pruebas?... En su poder las tiene... Suficientes para alcanzar un divorcio: bastantes para hacer poner el capuchón... a cualquiera que lo merezca... ¡María!
Desgraciadamente este lápiz negro que tenía siempre en la mano para tiznar el rostro de la humanidad, se empleaba con resultado positivo en bastantes ocasiones. El duque de Requena ni tenía sentido moral ni nunca lo había conocido.
Concretándome ahora al examen del libro del autor anónimo, y expresando aquí sobre él mi parecer franco y sincero; diré, para concluir, aunque me acusen como han sido acusados con frecuencia los jesuítas de tener la manga muy ancha, que los pecados y vicios que saca á la vergüenza el autor anónimo, si bien sería de desear que no los hubiese, no me mueven tanto á condenar la Compañía, compuesta de seres humanos, entre los cuales no puede menos de haber bastantes pecadores, como la carencia del espíritu elevado, amplio, civilizador y progresivo que la inspiró en mejores días.
En aquel momento alzóse un poco de tumulto cerca de ellos: se oyeron algunos gritos coléricos y también el chasquido de los garrotes. La gente acudió allá en tropel. Viéronse bastantes palos enarbolados y otros tantos combatientes ebrios de furor, y alguno de ellos soltando sangre por la frente.
Al poco tiempo fueron bastantes las personas que tenían conocimiento de las crueldades que con la niña se cometían. El conde de Onís, para huir la curiosidad del público, que le molestaba sobremanera, y aún más para librarse de Amalia, se había trasladado, sin decir nada a ésta, hacía ya cerca de un mes a la Granja. Su madre le había acompañado.
Esto se explica, atendiendo a que he residido siempre en una provincia donde por fortuna hace ya bastantes años que no se ha aplicado. Conocía algunos detalles de la ejecución de los reos sólo por referencia de los viejos, a los cuales no dejaba de mirar, cuando me lo contaban, con cierta admiración, mezclada de terror.
Inútil es añadir que recoje bastantes esbancigas, moneda austríaca que allí circula, del valor de una lira italiana. Ya que por incidencia he hablado de las venecianas, bueno será decir que son arrogantemente hermosas: las mujeres mas bellas que he encontrado en todos mis viajes.
En el género poético, cuya forma verdadera entrañaba la mayor popularidad con la mayor perfección artística, se encontraban recursos bastantes para contentar á cuantos se sentían capaces de apurar estos goces elevados, desde que los poetas comprendieron perfectamente el espíritu nacional, y lo espusieron á la contemplación de aquéllos, que deseaban y tenían derecho á pedirlo.
En bastantes capítulos del libro apenas se le nombra: a veces se presume pero no se asegura que sale a la escena. Quien está siempre en ella presente y activo es el rey D. Felipe. El libro del Sr.
Palabra del Dia
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