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Luego añadió, como si emplease un argumento supremo: Usted, don Carlos, deja pasar á todos. A todos menos á ti contestó Rojas agresivamente . Si te encuentro otra vez en mi estancia, te saludaré á balazos. Esta amenaza acabó con el hipócrita respeto del gaucho. Miró á Rojas despectivamente, y dijo con lentitud: Es usted un viejo, y por eso me habla así.

Veía á su padre vagando, hambriento, sin tregua ni reposo; veía á Basilio agonizando en el camino, herido de dos balazos, como había visto el cadáver de aquel vecino, que fué muerto mientras le conducía la Guardia Civil.

«Quiere nuestras ciudades? los pedazos «De la bandera inglesa, que á balazos «Supimos conquistar, «Y son de gloria nuestra herencia rica, «Levantados en lo alto de una pica «A la Europa dirán: «Que en todo el continente Americano «Ni el francés, ni el inglés, ni el castellano «Su mano asentará. «A ver! que alguno la conquista intente «Y de todo un ejército insolente «Los cráneos mostrará

Vistieron á la muerta, la adornaron y la tiñeron el cabello antes de desfigurarle la cabeza á balazos. Querían, seguramente, perderte, pero no querían menos salvarse. Cesa de dudar la evidencia. Todo es seguro ya. ¿No fueron á retirar las alhajas del Monte de Piedad el mismo día del crimen? no pudiste hacerlo puesto que no tenías la suma necesaria y habías enviado á Lea la papeleta.

Y señalaban una especie de tronco rugoso y verde que descansaba en el barro de una isleta cercana, lo mismo que un árbol muerto traído por la corriente. Como desde la última revolución paraguaya eran abundantes los mausers en los ranchos, empezaba un tiroteo contra la bestia centenaria. Algunos tiradores le marcaban el lomo á balazos.

A la hora de la ejecución en la plaza, algunos tiradores penetran hasta su habitación, y en la cama lo traspasan a balazos, haciéndole morir en medio de las llamaradas de las incendiadas sábanas. El coronel Barcala, el ilustre negro, fué el único jefe exceptuado de esta carnicería, porque Barcala era el amo de Córdoba y de Mendoza, en donde los cívicos lo idolatraban.

Y, en verdad, no cómo ha escapado el infeliz dijo Fernández a Santorcaz . Tres balazos tenía en su cuerpecito: uno en la cabeza, el cual no es más que una rozadura; otro en el brazo izquierdo, que no le dejará manco, y el tercero en un costado, y en parte sensible, tanto que si no le hubieran sacado la bala, no le veríamos ahora tan despiertillo.

Tarea inútil: los proyectiles levantaban esquirlas de su coraza, pero el enorme lagarto apenas se movía, como si todos estos balazos fuesen para él leves cosquilleos. Si los cazadores se aproximaban, finalmente, en una barca, se dejaba ir perezosamente al fondo del río, levantando una corona de espumas amarillentas. Morales había nadado de pequeño entre los yacarés, sin gran emoción.

Hallándose el Príncipe de Asturias con todas las jarcias cortadas, sin palos, acribillado a balazos, y habiendo caído herido el general Gravina y su mayor general Escaño, resolvieron abandonar la lucha, porque toda resistencia era insensata y la batalla estaba perdida.