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Actualizado: 18 de junio de 2025
Puesto el gobierno particular de cada pueblo a cargo de un administrador secular que cuidase de la temporalidad, y de dos religiosos que doctrinasen a los indios, les administrasen los santos sacramentos y atendiesen a la dirección de sus almas, se dividió el mando, que antes estaba en una sola persona que cuidaba de lo espiritual y temporal.
También sería conveniente se criase un ministro de real hacienda, con los dependientes necesarios pagados de los reales haberes, para que atendiesen al cobro de los reales derechos, reales tributos y demás perteneciente a Su Majestad, y principalmente al ramo de tabacos, que aquí son mejores que en el Paraguay, y pudiera adelantarse su cultivo y beneficio con muchos aumentos de la real hacienda.
Pasó después á estudiar la teología á Salamanca, y á este tiempo corrió la noticia por las provincias de España de haber llegado á Cádiz los PP. Cristóbal de Grijalva y Tomás Dombidas, procuradores del Paraguay, y poniéndose á considerar sobre la conversión de los idólatras y el extremo desamparo en que están innumerables pueblos del Occidente, dilatado campo en que ofrece copiosísima mies á muchos operarios Evangélicos, si hubiese muchos que despreciando las comodidades propias atendiesen á la eterna salvación de las almas; se le encendió el corazón en deseos de ser uno de los escogidos á quien tocase la suerte de ser señalado para la Misión de la dilatadísima provincia del Paraguay; por tanto puso luego todo empeño en alcanzar licencia de sus Superiores, los cuales sintieron mucho su petición, porque por una parte no querían privarse de él, y por otra no querían oponerse á la voluntad de Dios, conocida claramente en su vocación, prevaleció finalmente la América, y la abandonada gentilidad del Paraguay: por lo cual, nuestro Zea, contento y alegrísimo se partió de su provincia de Castilla, á quien como hijo profesó siempre tiernísimo afecto; y sus condiscípulos le siguieron con el corazón, conservando su dulcísima memoria; singularmente se esmeró en esto su maestro en la filosofía el P. Baltasar Rubio, confesor que fué de la serenísima reina de España doña María Luisa de Saboya; éste le siguió con el afecto; con sus oraciones y con sus cartas pues cuando se ofrecía ocasión siempre le escribía, por tener del P. Zea subido concepto, como en ellas lo manifestaba.
Ramona era bonita, elegante, no tenía nada de necia y mientras vivió en la alta sociedad, y no cayó en la sima, hubo de tener admiradores, amigos jóvenes y viejos que la estimasen, que la atendiesen, y con alguno de los cuales, a pesar de todo su recato y severidad de costumbres, pudo ella ser amable, concediendo aquellos favores de casta predilección y de limpia y amistosa confianza que no ya la austera virtud, pero ni la santidad prohíbe. ¿Cómo es que ninguno de esos amigos trató primero de evitar que cayese en la sima, o procuró después sacarla de ella sin exigirle en pago la humillación y la deshonra?
Al fin llegaron tres naos de la Península; Méndez compró una, y cargándola de pan y vino, cerdos, carneros y frutas de la isla, la envió a Jamaica, donde llevaba Colón siete meses de abandono, animado en su infortunio por celestes visiones. Un eclipse de luna, anunciado por él con aires de brujo, había servido para que los naturales atendiesen a la manutención de sus hombres.
Al llegar a Alsasua, quejose nuevamente Lucía de sed, y Artegui, ofreciéndole el brazo, la condujo al comedor de la fonda, recordándole que era razón tomar algo, puesto que tantas horas habían transcurrido desde la cena. Dos almuerzos gritó al mozo, palmoteando para que le atendiesen.
Palabra del Dia
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