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Actualizado: 3 de mayo de 2025
Pero, como ni el lobo nos atacó ni los bandidos se preocuparon para nada de nosotros, recobramos toda nuestra presencia de ánimo y andando a buen paso, al cabo de una hora llegamos a Glatigny. »Allí preguntamos dónde vivía el famoso jardinero y nos guiaron hasta su casa, que estaba situada a un extremo del pueblo.
Fortaleza federal de primer órden, Rastadt es en la hermosa llanura del Rin un puesto avanzado en prevision de los ataques de Francia; pero el buen sentido hace comprender á los Alemanes que en realidad sus fortalezas sirven mas contra ellos que contra el enemigo. En 1848 el pueblo se insurreccionó en Rastadt y atacó á la guarnicion en la fortaleza.
Durante el almuerzo, Isabel me dio cuenta de los trabajos de su padre en mi favor. El conde no estuvo tan expansivo y locuaz como la otra vez. Se conocía que algo le preocupaba, tal vez una pérdida grave en el juego de la noche anterior. Siguiendo los impulsos de su carácter, atacó bruscamente la fortaleza, reprobando en términos severos la estancia de Gloria en el convento.
En el tronco del árbol, señor Cornelio. Os burláis, viejo Horn. No; os lo aseguro. Ahora lo veréis. El piloto empuñó el hacha y atacó briosamente con ella el tronco del árbol, que ofrecía una resistencia increíble. El Capitán tuvo que relevarle en el trabajo un cuarto de hora después, hasta que por último la planta, cortada circularmente a dos pies del suelo, se desplomó con gran estrépito.
En el año de 1806, encontrándose la Gran Bretaña a la sazón en guerra con España, despachó una flota al Río de la Plata bajo las órdenes de Sir Home Pópham, quien atacó a Montevideo, pero fué rechazado; no así en un segundo ataque hecho con mayor fuerza el año siguiente, pues el 23 de enero de 1807, los ingleses tomaron el fuerte de Montevideo después de un sitio de ocho días.
El Victory atacó primero al Redoutable francés, y rechazado por este, vino a quedar frente a nuestro costado por barlovento. El momento terrible había llegado: cien voces dijeron ¡fuego!, repitiendo como un eco infernal la del comandante, y la andanada lanzó cincuenta proyectiles sobre el navío inglés. Por un instante el humo me quitó la vista del enemigo.
Apostados en ellos, lograron rechazar al Teniente Coronel de ejército, D. Manuel Campero, que á la cabeza de una columna de 1,500 hombres los atacó por su izquierda con denuedo y bizarria: pero los enemigos resistieron igualmente, sufriendo un fuego muy vivo de su fusil, porque estaban empeñados en sostener y defender un paso muy preciso por donde habia de subir.
Discutieron algunos minutos, cedió Sarto, envió un destacamento mandado por Berstein al palacio de Tarlein en busca del general Estrakenz, y el resto de la fuerza atacó furiosamente la gran puerta del castillo. Resistióles ésta unos quince minutos y cayó por fin, en el momento mismo en que Antonieta disparaba su revólver contra Ruperto.
Finta de una dos a la cara, estocada al pecho y cuchillada a la cabeza decía don Rosendo, engullendo un soberbio trozo de merluza. Pues no lo hubiera usted pasado mejor si llego a hacer una combinación que tenía meditada contesta Villar. Amago la faja ¡pin! Ataco en falso a la cabeza ¡pin! Usted me contesta al brazo ¡pin! Yo hago una dos a la cara ¡pin! Usted contesta a la cabeza ¡ pin!
Pues bien, sobrino dijo el general , con esas bellas composiciones hizo bastantes méritos para que le recibiesen de colaborador en un periódico de oposición. Ya caigo dijo Rafael , y adivino lo que sucedió, porque es una farsa que se representa todos los días. Cortó la pluma a guisa de mandíbula asnal y, armado con ella, atacó a los filisteos del poder.
Palabra del Dia
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