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Actualizado: 17 de julio de 2025


Y Fernando fue por la tarde a la terraza del fumadero, adornada con banderas y guirnaldas. El capitán, asistido por los «señores de la comisión», dirigía los juegos. Maltrana, agregado a ella como representante de su amigo, había acabado por usurpar el primer puesto, gritando y moviéndose más que todos los otros juntos.

Y al hacer el santo rey el repartimiento de Córdoba y su tierra entre los ricos-hombres, caballeros y órdenes religiosas que habian asistido á la conquista, ya la ciudad de la esclava querida de An-nasír habia perdido su nombre por el impropio de Córdoba la vieja .

Es cierto que he asistido a reuniones donde se conspiraba contra el impío gobierno que hoy existe y que he procurado con mi torpe palabra alentar a los conjurados al combate, y es cierto igualmente que he bordado el estandarte y otras prendas para los defensores de la fe.

Señora, yo he asistido a todos los teatros de Europa, pero jamás han llegado a mis oídos acentos que más hayan excitado mi admiración.

Inmutable en su grosero pedestal, la estatua, que en anteriores siglos había asistido al tumulto de Oropesa y al motín de Esquilache, presidía ahora el espectáculo de la actividad revolucionaria de este buen pueblo, que siempre convergía á aquel sitio en sus ovaciones y en sus trastornos.

En vano , heroico Celso, sostuviste con bravura el combate en medio de la plaza, asistido solamente de quince ó veinte guerreros de Canzana. Tu valor desesperado, tu fuerza y tu coraje en aquella noche necesitarían varios cantos para ser narrados y otra lira más sonora que la mía para ser entregados á la admiración de los hombres.

Más de una vez he asistido a sesiones del Senado de plenipotenciarios, he oído durante tres horas a un ciudadano que tenía la palabra, que quedaba con ella al levantarse la sesión, sin poder darme cuenta del asunto que se discutía. Cada orador tiene el derecho, si así le conviene, de relatar las campañas de Alejandro, a propósito del establecimiento de una herrería en Boyacá.

El cirujano dijo que aunque grave, la herida no parecía mortal; pero añadió que si no llegábamos a Cádiz aquella noche para que fuese convenientemente asistido en tierra, la vida de aquél, así como la de otros heridos, corría gran peligro.

Su hijo había entrado en el primer período de convalecencia y había sido asistido cuidadosamente por sus amigos, los cuales se hallaban a su lado en la pequeña bohardilla que le servía de habitación. Su alegría fue inmensa y pronto olvidó las malas impresiones recibidas durante el viaje, al saber que las primeras poesías de su hijo debían aparecer luego impresas en un pequeño volumen.

Cuando Rafael volvía a casa con el pecho cargado de medallas y los diplomas bajo el brazo, escoltado por su madre y media docena de señoras que habían asistido a la ceremonia, besaba a su padre la vellosa y nervuda mano. Aquella garra le acariciaba la cabeza e instintivamente se hundía en el bolsillo del chaleco por la costumbre de agradecer del mismo modo todas las acciones gratas.

Palabra del Dia

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